TRÍPTICO III
Sin ninguna explicación,
en el museo del Prado, el tríptico del Bosco, conocido como, “El Jardín de las
delicias”; aunque no se sabe el nombre que él le dio, si es que se lo dio, esto no hace mucho al caso, sí , el hecho que , hoy 23 de diciembre de 2009, luce
distinto, Está cerrado.
Siempre queda abierto
para apreciar la parte mayor de la pintura.
Nadie lo ha notado. Es parte de esos misterios
que los guardias no ven y los turistas no notan. Los cuadros juegan su vida
escondida, en los colores de sus óleos, vida que guardaron sus autores, para los
hombres que saben mirar.
Apuesto que pocos habían visto la esfera que
lo cierra. Llama la atención. No hay duda, indica que el proceso del génesis se
ha iniciado. Solo hay vida vegetal y minerales, estamos en el tercer día de la
creación de Yahvéh- Dios. Las tonalidades son grises en una increíble envoltura
de transparencia porque solo existe la
luz divina, las luminarias, sol y luna, no han sido creadas. Esa luz
desconocida por el hombre llama a la fragilidad y a lo etéreo. La frase del
salmo, que el pintor escribió, indica la voluntad divina de crear mediante la
palabra:”Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó y todo fue creado.”
Todos los símbolos: la esfera. Los números
sagrados, Tres –Uno (La
Trinidad ), Dios aparece con una Tiara y la Biblia en sus rodillas
indican que “El Bosco” pensó en un Dios,
perfecto, omnisapiente y todos los “omni” que le agregó la teología medieval.
Puede que haya cuestionado, según sus
biógrafos el catolicismo ortodoxo, pero nunca la perfección de la creación.
Lentamente y en forma
desapercibida las tablas empiezan a moverse.
El tríptico se abre con
la creación culminada, primera tabla
muestra ya el paraíso terrenal, un Dios
humanizado, Adán y Eva.
La humanidad aparece en
el segundo cuadro que ocupa el centro.
Ahí aparecen,“ las delicias”, que se suponen responsables entre otras cosas del
nombre con que lo identificamos. Estos
placeres tan sutiles y variados solo conducen el tercer cuadro, el infierno.
Una visión circular del origen, el
comportamiento humano y sus
consecuencias eternas, bajo la mirada de la teología del humanismo unida a lo
medieval. Pero también puede romperse el círculo culpa castigo, que nos
simplifica el análisis, porque las imágenes de las delicias no son agresivas
como tampoco sus colores. La pregunta es por qué el pecado aparece tan
inocente. ¿Tal vez para llevarte al engaño del Diablo?
En cambio se perfila el tormento en el
Infierno. Las tonalidades y los sufrimientos son el llamado a alejarse del
placer. La mayoría relacionados con instrumentos musicales, se condenaba la
música como elemento pecaminoso.
Los guardias hacen su ronda y todo está
normal.
-Simplemente cuadros ¿o
no José? Cada uno en su sitio. A veces pienso que a la gente no le importan y viene porque da “clase”, se sienten
distinguidos. A mí me gusta verlos, no los entiendo pero es como si pasaran mi
piel y me enseñaran algo. No sé-
-Son solo cosas viejas
que aunque hayan sido restauradas tienen
olor a pasado, Juan. Mira este tríptico.
Nada que ver con un buen programa en la tele. Solo tiene desnudos que no tienen
la realidad de una buena película porno. ¿Quién se excita con eso? Eh!
-Los tiempos han
cambiado la visión. A veces ni se mira el cuadro, solo su valor, si es caro o
está en un museo, es bueno.-
Hay un hombre, en la entrada, que está parado
con su cámara comprada especialmente para el viaje y grabar
su paso por la cultura .En este momento, está preguntando en voz baja a su
mujer, justamente del Tríptico del Bosco
–¿Existía el
homosexualismo en esa época?-
-Cállate, yo que sé. Es
tan raro. La verdad no entendí nada ni con la explicación del guía. ¿No
olvidaste tomarme la foto con el museo detrás? Mira que es el Museo del Prado,
famoso en todo el mundo-
. ¡Ay! , Jeroen no es
tan perfecto como pensabas: hecho- consecuencia, pecado- castigo; si no se
existe ni uno ni otro, ya viste esa pareja Dirías¿pecadora?¿inocente? No, algo
peor, vacía. Sí vacía de vida, hueca, apariencia de apariencias. Hombres con la
mollera rellena de paja como dice Eliot.
Cómo te enojarías con ellos, tú que te viviste
la vida a trago largo.
¿Qué dirás del siglo XXI? No cierran mucho las
cosas en este mundo. Frente a todo lo ilógico, injusto y cruel que ha
registrado la historia desde tu hoy a mi hoy, este con el XX se llevaban el
premio mayor. Algunos preguntamos. Se nos ha contestado, como a Job, los
designios de Dios son inaccesibles al hombre. Pero ¿Y?
Pensarías quizás que
Dios se equivocó desde el principio al fin o no está por estos
lares.
Y si la esfera es fragilidad y no transparencia mística
Y si la palabra de Dios
se disparó sin plan. Fue una creación intuitiva, lo dice la Biblia. Dijo Yahvéh-
Dios hágase la luz y la luz se hizo y vio Dios que estaba bien,- como un niño
que aprende a manejar un juguete Y siguió diciendo y siguieron apareciendo las
criaturas hasta la culminación: Adán ¿Sabías que Adán en hebreo significa
“dudoso”? Desde el nombre nace la duda y se mantiene hasta hoy ¿quién soy? O
peor:¿Qué soy?
“De cualquier árbol del
jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás...” Génesis cap II.
El hombre, con tamaña duda del sentido de su
existencia junto a Eva, creación desde su
creación. Intuitiva por mujer supo que
allí estaba el origen de la respuesta a la duda. E hizo comer a Adán y luego
comió ella.
Entonces condenó a todos
sus descendientes, nosotros, al pecado original, el primero de tantos. Saber lo
que está bien o mal pero no como
manejarlo.
Y…
¡Fuera del paraíso donde
estaba el árbol de la vida!
¡Peligro!, si come puede
volverse inmortal y no va a verme como
su Dios sino su igual.
¿No te lo enseñaron así?
¿Por qué complicar una
estructura tal clara?
A mí, no me responsabilices. Ustedes, los
humanistas, elevaron al hombre como ser
individual, le dieron su esencia, el potencial, lo demás lo marcó el
pasar del tiempo. El cristianismo había dado la purificación pero ya era tarde,
había mucho materialismo, crucificaron a Jesús y usaron sus palabras a su antojo.
Cuando quisieron volver a las palabras: guerra
Entonces tu esfera se convirtió en el correr de los
tiempos en una burbuja que la mejor
creación, el hombre hecho a imagen y
semejanza de Dios, y con conocimiento, manejado
a su manera, está por hacer explotar. Si
esto ocurriese ¿Qué pintarías? El Apocalipsis.
Observa estos otros, los periodistas, en su mayoría
buscan “desinformar” en lugar de noticiar. Las noticias que no van con el
sistema que rige el mundo, no existen.
-Pa, che, hoy sí, que no
tenemos nada para el informativo. No hay tema, no hay nota. Algo que impacte,
pidieron. ¿Qué puede ser sin salirse de las reglas? ¿Qué preparamos, ya sabes
que hay ciertas cosas que no se pueden tocar?
Hay que apabullar con
sensacionalismo y varias entrevistas que muestren lo mal que van las cosas. Descontento. Escuchaste al jefe.-
-Mi hija está estudiando
la Biblia. Yo
la jodía Vas a estar como los Testigos de Jehová de puerta en puerta anunciando
el fin del mundo-
-Ahí está, Sos un genio, viejo, te amo.
Arrancamos con eso ¿Se
acerca el fin del mundo?
Esa de vestido azul que viene hacia nosotros es
ideal. Desenfundá la cámara. Vamos a sorprenderla. Enfocá, dale,
esa que viene prendida de la cartera, como esperando al ladrón que la
robe. La de vestido azul ¿La ubicaste? -
-Señora, somos del canal X ¿podemos formularle unas preguntas? –
-No sé-
-¿Qué piensa del fin del mundo? ¿Se acerca?-
-¡Qué! Vamos nene, que voy
apurada. ¿Tenés una cámara oculta? Esto
es una cachada. Dejame tranquila, no
estoy para tonterías. –
-¿No se lo ha planteado?
¿No le llama la atención tantos desastres
naturales inundaciones, terremotos: huracanes, tormentas de nieve nunca vistas,
tornados, el calentamiento global?
-Y yo qué sé, bastante tengo con lo mío. Es horrible sí. Que
querés que te diga.
Y vos, el de la cámara, no me enfoqués, que
estoy horrible con el pelo mojado. Voy a la peluquería Se te hubiera ocurrido
después el jueguito. Decile que apague la cámara-
-Señora, por favor, solo
su respuesta, su pensamiento… ¡Ey!¡señora!-
Se nos fue. Apagá. No
sirve. Vamos a buscar otro tema, este no llama.
Y si sacamos algo de los
perros en las plazas, la suciedad, el medio ambiente, el respeto al otro...
Nadie lo creería porque nadie cree en nada ni
en nadie.
Jeroen que horror sientes.
Jamás soñaste un hombre
así.
Pero no todos somos así
Están los elegidos, dirías tú, los pensantes, digo yo. La gente que sufre por
el otro
Viste los guardias del
museo, uno piensa, el otro está vacío.
Otros han que ha dado su vida por cambiar las
cosas, como Jesús o “El Che”,Ernesto
Guevara, nosotros también tenemos, Imprescindibles,
los que dan todo por la justicia e
igualdad en nuestra época.
Están los videntes,
artistas como tú, que lo presienten. ¿Ves ese joven delgado de pelo enrulado?
Ven a mi mundo. El mundo de un hilador de
palabras en busca de un tejido nuevo. No sonrías En él estás tú, el joven pintor y Lucía .
Yo solo soy el que
cuenta la historia.
El pintor
vio el final. El momento de destrucción
de la humanidad.
EL APOCALIPSIS y lo pintó.
Eso no lo inventé lo disfruté y lo sufrí.. Es
joven, sensible y no ha vivido tanto como nosotros. Quizás, su desilusión
oscureció un poco su visión y no tuvo en cuenta los poderes de la Vida.
Tú le hablarías de Dios,
pero vas a ver que en este mundo se
siente lejano. Así que hablemos de seres de la luz que son capaces aún y pese a
todo, de ver lo que les rodea y maravillarse con lo simple y hermoso, Lucía.
Y te preguntarás qué haces tú. El muchacho te
admira, le fascina tu obra, se te parece y eres mi carta para llevarlo a la
luz. Comienza la historia. Cómo se crea este mundo en que interactúen dos épocas distantes 1509- 2009.Acá el hilo
se teje con un hecho por encima de la orgullosa e imperfecta razón. Se crea un
mundo por medio de la luz primera, la de tu tríptico, como aquella, aparece sin
explicación, en este mundo cuarteado y desborda su poder trayendo lo lejano al
presente y tocando solo a los personajes de la historia en un cruce fugaz, rompe los límites de tiempo y espacio.
Nuestro tríptico se
abre. Vamos.
Lucía.
Fue extraño. Ni siquiera podía describirlo, solo
la luz ganando espacio y tiempo, arrollando todo, un instante, un remolino
y luego la vereda nuevamente, la vereda
gris donde la gente caminaba como si
nada hacia las compras de Navidad.
Lucía no hacía compras;
le gustaba observar a la gente, su tironeo de precios, sus corridas a las
ofertas de último momento, su fiebre de consumir…
Siempre
llevaba una libreta y anotaba gestos, miradas, comportamientos.
Por lo general no
caminaba, se sentaba a mirar, a veces hasta dibujaba.
También le gustaba el anonimato de la gran ciudad. Nadie
se fijaba en ella porque nadie miraba a nadie…
Ahora sentada en el
banco de la plaza trataba de borrar la
experiencia reciente por inverosímil.
-Otra de mis tonterías
exotéricas, como diría mamá-
Juan Pablo
¡-La puta que lo parió!
Un guiño de energía había apagado la
computadora sin que guardase el trabajo de hora y media.
Abrió, salió dando un
portazo. Ya en el portal del edificio, percibió la chispa y el remolino. Fue tan
intenso que el rostro apareció y se desdibujó en la luz ; se le antojó uno de
sus dibujos, pero no… sabía que estaba allí Sentada en un banco, con una
cuadernola en la mano.
Juan vivía frente a la plaza.
-Si yo lograra traducir esa
expresión de vida…
Pero… te falta chiquito…
dijo para sí.
Y si pruebo con el pincel y después lo escaneo.
No puedo perder esto.
Esa mirada encerraba el todo que yo
quiero para mis cuadros.-
Jeroen
Estaba con el pincel en
la mano, cómodo, con el cuadro casi resuelto y lo sacudió el choque de la luz. Cimbró todo
el taller y ahora seguro, estaba en una de sus pesadillas. Enseguida vio que el
cuadro no era el suyo y todo lo que le rodeaba era absurdo y al mismo tiempo
predecible.
-Un poco de aire fresco
¡por favor! Buscó la ventana del taller,
en realidad, habitación, y fue hacia
allá. Pero el apartamento estaba en un onceavo piso, cuando se asomó su aire se volvió horror e hizo
que se prendiera a la silla
¡Por todos mis pecados!
Jesús de mi salvación!
Sintió que la puerta se
abría y levantó la silla en dirección a la misma en actitud de ataque todavía
bajo el vértigo de altura nunca vivida.
Juan Pablo dio un salto frente a lo que sus
ojos miraban sin que su razón lo aceptase. Luego reaccionó.
-
¿ Qué mierda hacés en mi casa?
¿Quién te dio el disfraz y la llave? Pesada… la bromita ¿No te parece que somos
grandecitos para tanta pavada? Andate antes que te tire por la ventana como
parecés temer. ¿A quién se le ocurre?. A alguno e esos “nabitos” que andan por
ahí al pedo.
Pero
la expresión de sorpresa mezclada al desconcierto detuvo la perorata y también
la bronca.
-Pará
un poquito, ¿quién sos?
Jeroen
Anthonis van Aken si he entendido vuestra pregunta en lenguaje soez y vulgar . -
¡Basta!
La broma ha ido demasiado lejos. Mirá que “El
Bosco”
es uno de mis pintores favoritos e inspirador de parte de mi obra. No juegues
con él-
--Suelen
llamarme así algunos de mis clientes españoles. Pero…
¿Quién os habéis creído para osar hablarme de
esa manera? ¡Basta digo yo! ¡No toleraré vuestra arrogancia e insultos! Seguro
seáis el aprendiz del pintor de esa tela. Oye rapaz como dicen vosotros los
españoles: Decidme dónde estoy, ¿es esto el infierno? He muerto, eso fue la
luz. La luz es la vida y la muerte también.
¿Dónde estoy? En el cielo, seguro que no,
porque vuestra cara no es de ángel, guarda mucho desconcierto y amargura y las
alas si las tuvisteis os las han quitado por mal comportamiento. Me juego mis
pinceles.
Vamos que hace mucho he perdido el miedo y si
este es el sitio eterno, lo acepto. No me gusta, estar colgado, pero agradezco un
lugar que pueda seguir pintando. Esos aparatos brillantes que guardan imágenes
me atraen ¿Son una forma de tormento?
¿O
quizás esto sea el Purgatorio? ¡Oh sí la
purificación! Yo sabía que Dios me entendía. Esto es por mis pecadillos, me dio otra oportunidad ¡alabado sea!
Claro,
que puro no he muerto pero puedo llegar a limpiarme como la pintura mala
Pero
no más dudas. ¡Contestad ya!-
-¿Entonces
no es una broma? Un momento…
Juan Pablo… mente clara, autodominio. No. Imposible. Pero entonces
qué..
Decime la fecha de hoy-
-El
23 de diciembre de 1509 año del Señor-
-¡No!
Señor Jeroen 23 de diciembre de 2009 y, miró el reloj en la muñeca, y son las 10.30 de la mañana.
Siempre
me pasan cosas raras pero esto es... Imposible-
“El
Bosco” abrió grandes los ojos y fijó la mirada en el muchacho. Era evidente que
no mentía, un pintor siempre sabe el fondo de una mirada. El rapaz decía la
verdad. Recordó las palabras del monje
que analizaba una pintura suya, que, dicho sea de paso, luego, fue quemado por
brujo, “estas imágenes no son de este tiempo, vienen del
futuro. Algún día estarás allá en cuerpo y obra.”
Y
al unísono joven y viejo sintieron que la piel se erizaba frente a lo
inconcebible.
Lucía
Siguió
caminando entre la gente que no paraba de comprar. Gente, gente y más gente Hoy
se había sentido como tocada por la luz, la experiencia seguía clavada en su memoria, como un cuadro
fijo, inmune a todo tiempo y espacio. Fue algo muy raro pero le gustaban esos
desafíos a su conciencia. Siempre se sentía inclinada a buscar la clave de
todo.
Pero
hoy no podía buscar, tenía que regresar
al apartamento, recoger sus cosas y volver al lugar donde la saludaban cada mañana y todo el mundo sabía
que ella era Lucía la hija de Martita y de Santiago. Eran las vacaciones de
Navidad.
Para
ella era refrescante volver, tenía muchos amigos allí y aunque algunos la
consideraban medio rara porque se vestía a su modo, que distaba mucho de la moda, pasaba horas en
el ojo de agua escuchando las ranas o los sapos croar o se iba del pueblo y caminaba a campo traviesa,
era su lugar de infancia.
Además
estar con el “viejo” lo compensaba todo. Esas charlas tempranito, mate mediante,
le hacían abrir los ojos a la vida, sus milagros y sus hijaputeses, aunque solo
hablaran del jazmín del cabo.
Mamá
era distinta, no estaba nada conforme con esa hija suya que no se le parecía en
absoluto
-Si
no fuera que la tuve en el hospital y no había otra parturienta diría que me la
habían cambiado.
Pero
no, si es igual al padre, siempre con esa mirada, que parecía venir del otro
lado del espejo.
-Mirá
están horas enteras sin hablar y sin embargo salen sonriendo de ese silencio
como si hubieran tenido una conversación trascendental. Yo me he sentado en la
ventana que da al parral con el oído pegado y no se oye ni medio. Tal para
cual.
-Y
si medio rarita es. Siempre usa la misma ropa y creo que ni para los 15 se
maquilló ni aceptó fiesta-
-.No
me hagas acordar. Mirá que le imploré. Es un momento único para una jovencita. “He
ahorrado años para hacerte una fiesta, un vestido”, bah lo común. Pero ella en
sus trece “Que no…” Que es mi cumpleaños… Y lo festejo como quiero.”
Y seguía atiborrando las rarezas de su hija a
la vecina nueva La única que no había escuchado nada de la muchacha de la boca
de la madre, solo los rumores del pueblo.
-¡Ah
lo que sufre una madre!-
-Si
yo te contara del mío…-
Por
supuesto Lucía, que tenia ya veinticuatro años, recibía los reproches cada vez
que su madre la tenía a mano. Pero estaba por encima de ello, solo decía “pobre
mamá tocarte una hija como yo” y le daba un beso
También
disfrutaba del contacto con la
naturaleza, no asfáltica, no humana, sino solita sin depredadores. Ella llamaba
depredadores a los hombres, que la cambian. Árboles, plantas, pájaros,
mariposas hormigas, sapos todo pasaba ante sus ojos escrutadores que miraban
siempre más allá. La araña y la mosca apresada en su tela. De sus ojos a su
libreta donde tenía tantas interrogantes como afirmaciones. La última frase
anotada luego de la luz fue “La vida es mágica, mítica y dura, una araña que puede inmovilizarte en su tela
aunque respires”
Juan Pablo- Jeroen
Los
pintores sin embargo ya habían superado la agresividad del encuentro, lo habían aceptado como un
regalo del destino o de quien sea, según Juan Pablo, según Jeroen de Dios
Todopoderoso que puede moverte de lugar y tiempo con solo pensarlo. Estaba
maravillado con lo que veía. Y cada objeto era motivo de explicaciones que
lindaban lo humorístico con lo filosófico. A su vez el joven que había estudiado
exhaustivamente la obra con profunda admiración, idealizando al maestro, quería
explicaciones de muchas partes simbólicas de la misma.
Eran un verdadero bombardeo de preguntas a
ninguna parte. No se entendían por un encuadre mental de dos épocas tan
distintas: la Edad Media
abriendo su cultura como una flor pétalo a pétalo y sintiendo que de allí
saldría un fruto nuevo, bello y perfecto: el Humanismo y el siglo XXI con un
hombre desencantado, perdido en una sociedad consumista, desconcertado por la falta de respuestas y
enclaustrado en una soledad existencial
rumbo al no ser. La masa perseguía al bufón de turno que le decía qué hacer,
qué comprar y qué escuchar.
Cada
objeto llevaba horas de explicación bajo las dos miradas.
El Bosco comenzó a hablarle con más respeto, no como a un simple
aprendiz, cuando Juan Pablo tomó, una birome, (su obsesión y presencia en la
mayoría de sus obras), y le hizo en pocos
trazos, el esbozo del retrato del pintor flamenco.
Ahí,
este calló, abrumado por tanto cambio. Un simple aprendiz, un rapaz capaz de
tal virtuosismo; sí, que eran distintos sus mundos. Lo miró largo rato luego habló.
-Sí,
tienes talento.
Y si a tus años ya tienes esta visión de tu mundo,
Jesús, María y todos los Santos del Cielo, te compadezco. El mal se ha adueñado
de ti y no te deja ver otra cosa. Yo he pintado los pecados del hombre pero tú
no has encontrado pecados solo un montón de muñecos de cuerda movidos por el
diablo. No tienen ni siquiera el placer efímero que da el pecado Todos en tu
cuadro están locos, viven en pecado o están encerrados entre estos. Solo unos
pocos son puros pero no es una pureza asimilada sino parece venir del
desconcierto más que de la virtud ¿Dónde está Dios? ¿Y Nuestra Señora? Hasta
los ángeles tiene rencor o miedo.
¡Los Ángeles!
Juan Pablo lo escuchaba ensimismado nunca se imaginó que “El Bosco” fuera el primer
crítico de su obra. Solo sus amigos íntimos la habían visto.
Pero
pronto un hecho lo trajo a la más pura y dura realidad.
El olor penetrante y conocido anticipado por
el ruido no daba lugar a dudas.
El
joven quedó patitieso de la humanidad de su maestro.
-
Os pido Perdón, Creo que necesito la letrina
¿Me la alcanzas por favor?-
Lo
llevó al baño y solo la visión de este lo dejó perplejo. El agua fluyendo de
las canillas, la letrina-el inodoro de la porcelana de platos era demasiado y
cuando le explicó la función de la cisterna fue el colmo.
-Que
yo aquí no he de cagar ni por los todos los Apóstoles-
El
joven ya le hablaba de otra forma y con más paciencia. Le explicó que era esa o
esa y la Edad Media
tuvo un acceso furibundo en la modernidad.-
Se
sintió el ruido del agua y el muchacho estaba alerta oyó.
-Y
se va nomás-
Y
se escuchó como tres o cuatro veces el ruido de la cisterna.
Eso
sí, el papel higiénico no lo tocó
-Vamos
Bosco, vení, que son muchos años en la historia los que nos separan. Hemos
inventado muchas cosas, tenemos aparatos para todo, pero todo es negocio,
hasta las guerras. Vamos en bancarrota en nuestro sentido de la vida y estamos
destrozando el planeta. No hay valores y la mayoría de las veces la religión es un negocio, la política un
acomodo, la justicia un fantasma…para qué seguir Por eso pinté el final de la
humanidad. –
Sin
embargo, el Maestro, no lo escuchaba.
Parado
frente al lienzo, El Bosco observaba la pintura. Abstraído y pensativo al mismo
tiempo. Tenía el mismo gesto del joven acariciando su pera; pero los años le
habían aplacado la euforia inicial. No era así cuando aún pintaba en el taller
del padre pero la vida doma hasta el potro más bravío. Ahora se tomaba el tiempo
necesario.
Nada
se perdía en los ojos del pintor flamenco lo conocido y lo nuevo.
.
Juan Pablo que siempre le ponía nervioso ver a alguien mirando “El Apocalipsis,”
máxime si era “El Bosco” en persona, se volvió a la computadora frenético sobre un mismo cuadro a agregar
detalles que se le ocurrieron de la conversación, a colorear, cualquier cosa
que lo sacara de la situación. Trató de concentrarse
Pero
no era tan fácil la evasión.
-Id
a vuestra bodega y traedme un buen vino que tu pintura ofrece muchos perfiles y
pasaré un rato frente a ella.
Y a mí me decían complicado…
¡Hombre
cada objeto dice tanto, qué mundo has reflejado!-
-¡Qué!
La
voz salió desde su concentración. Acariciándose
la pera le aclaró.
-
Lo siento, te dije que ha cambiado el mundo. Lo que empezaron ustedes con el capitalismo ayudado
por su lacayo el imperio, ha corrido estos siglos carreras y todas victoriosas,
por desgracia. He aquí el resultado, es lo que somos. A propósito también
cambió el caudal de los pintores. No tengo bodega, ni dinero para obsequiarte
vino.
Y
se quedó con la desnudez de la respuesta. Le habló de significados pero a él no le interesaban los contenidos sino la
expresión de los mismos en la obra, su Obra… -
-
Lo que era un milagro se está volviendo una pesadilla, me quedo con mi época.No
tener vino es… inaceptable.No tendremos estas
cosas que hacen hielo, o llevan la voz a quien sabe donde, ni cuadrados
luminosos donde aparece lo que pintamos… pero ¡Vivimos y hay alegría y placeres
y siempre buen vino en la bodega!
Puedo
darte un consejo muchacho, el pintor crea con sus manos y con los ojos del
hombre que lleva. Tú solo sigues tu mirada, busca la mirada del hombre interior,
el eterno. Y así tu cuadro vivirá
siempre. Y tú con él
Hay cosas de tu época que no entiendo. No me
entran en la cabeza. Perdónadme.
¿Pero realmente todo es tan desolador, tan
vacío?
Duele
mirar tu obra, aunque reconozco, es excelente. Ese ojo que llora es el tuyo y
creo que primero llora por ti, por tu
mundo, y por la humanidad que ve.
¿No puede haber otra que esté fuera de esa
mirada individual?-
Juan P rompió la primer birome que encontró y guardó un silencio hosco. Justo
retocaba al hombre que va con su enorme cerebro a cuestas sobre la cuerda, que
quedó fijo en la pantalla, iluminando la habitación en el atardecer.
¿Será el matete que tengo en la cabeza? ¿Habrá
salida? ¿Habré parcializado las cosas?
¿Quizás
mamá tiene razón y su amor a las flores indica que hay un sentido y belleza? Pensó
-Hijo
debéis cuidaros de la Santa Inquisición.
Que no se os acerque. Los he visto hacer horrores.
Y tu alma, El diablo juega contigo, iros a confesarte o vais derecho al Infierno-
-¡Al
carajo con el Diablo, la
Inquisición , y el Infierno! Decime qué te parece la obra. Dame tu juicio como pintor ¿Te parece que vale?-
-Por
supuesto que sois un buen pintor. Pero,
hijo pensáis que un cuadro juega un alma,
En qué mundo estás-
-En
el 2010 el mundo sin Cielo, ni Infierno.
Sin Diablo ni Dios. ¿No ves qué solos nos ha
dejado? El ojo que llora es Dios porque se acordó de nosotros solo en el
momento de la destrucción o se acordará según pienso y tal como van las cosas.
Lucía
Entró
en el apartamento compartido. De entrada la atosigó el olor. Siempre era
diferente al de su casa.
-Estoy
segura que no han sacado la basura –
Fue
directo al cuartucho que usaban como lavadero, depósito y demás, efectivamente
la basura había pasado su Navidad en el apartamento. Se puso guantes de goma,
tomó una bolsa grande y con el asco desfigurando su rostro fue poniendo una a
una las bolsitas, algunas ya con gusanos dentro pululando. Cerró pronto y bajó
corriendo a tirarlas en el contenedor.
Lavó
sus manos con lavandina primero y luego jabón neutro. Después lo de siempre,
una limpieza a fondo de su pieza y los sitios comunes. Cerró cuidadosamente las
puertas de los dormitorios de sus compañeras. Entonces comenzó a desempacar y la invadió una rara sensación de
melancolía. Asumirse de nuevo después de los días de amparo familiar siempre le
despertaba una sensación de frío. Anotó en la libreta “ir a casa es lindo pero
nos infantiliza”. La soledad y la noche la fueron rodeando como el lobo a su
presa. Al sentirlo tomó un libro, se puso a leer y se quedó dormida. Tuvo un
sueño extraño como la luz. Fue como si de pronto todo cayera, sobre la tierra
para aplastarla. Vio humo, oyó gritos, percibió la catástrofe de la muerte
adueñándose de todo. Ella estaba parada cerca de una vela dorada, Sabía que si
llegaba a la vela dorada todo se detendría, pero cuando más se acercaba más
lejos se iba. Se vio niña hamacándose en el jardín de su casa y en el patio
vecino oyó a un niño llorando. De pronto la hamaca subió y lo vio por encima
del corralón, solo, delgado, como si le hubieran cortado a la fuerza los rulos
negros. Vio que estos iban a la cabeza del niño desde el suelo y volvían a
caer. El niño seguía llorando y un gran vozarrón le gritaba “Vas a aprender”
Luego salían de la cocina cientos de flores y
una voz dulcísima decía: “Creo en ti hijo mío” Y las flores envolvían al niño.
En un nuevo intento tal vez impulsada por el torrente de las flores llegó a la
vela, la encendió, y solo quedó la transparencia indefinida de una luz tenue en
una planicie. Ahí despertó empapada en transpiración y llanto.
Se
levantó de la noche, del sueño, tomó un vaso de agua y se metió en la ducha
largo rato. Después fue a la cuadernola y anotó” He visto el Apocalipsis y el
renacer. Tenía la mano quemada.
Juan Pablo- Jeroen
Cuando
oyó los ronquidos del Bosco Se volvió al lienzo con la pasión que lo dominaba
cada vez que pintaba.
Pasó
raya sobre el cuadro de la muerte. Una línea negra que encerraba el brillo de la luz. La oscuridad
y la luz cerrando la destrucción. Después escribió: “…una gran señal apareció en el
cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies… está encinta” (Apocalipsis)
y una flor por cada planta del planeta.”-
Y en el lado derecho del lienzo dibujó a la
mujer que iba sobre el hombre del cerebro gigante, las alas eran ahora doradas
y el parecido con su madre se percibía claramente para los que la conocían. En
los brazos llevaba a un niño recién nacido. Estaba en un sitio desierto de luz
intensa Allí descendió y se dispuso a amamantar a su bebé. Hacia ella caminaba Jesús
con una sonrisa, no vestía manto, solo vaquero y camisa.
El
hombre con el cerebro se cruzó con Jesús. El hombre musitó para sí –claro que
se necesitará amor, un amor como el suyo y siguió su camino-
A
la derecha, aparecía la pirámide con el ojo abierto que derramaba luz intensa sobre
la escena. Ahora estaba junto a ella, el hombre que llevaba
todo el conocimiento de la humanidad. Había salvado el desafío de la cuerda y
se metía seguro en la puerta de la pirámide que llevaba al laberinto. La
pirámide, o Dios, lo absorbieron. Juan Pablo miró hacia la ventana y sonrió,
sacudiendo su cabeza.
Ya
está, dijo, ahí tiene el renacer, se completa el tríptico.
Fin.
Se
fue al sofá en el que se acostaba desde que el Bosco ocupaba su cama. Y cosa
rara en él, al instante, quedó profundamente dormido.
Jeroen
se despertó, observó al muchacho, sonrió frente al final del cuadro.
-Les
dio otra oportunidad. Ese es mi artista. ¡Alabado sea el Señor!-
Miró los pinceles y se sintió tentado a dejar
su huella. Si no le gusta, lo borra. El hombre pájaro que significaba la
religión le tentó desde el principio y la monjita. Tomó los pinceles, los
colores y trazó unas líneas que asimilaban la figura a su diablo en el
“Infierno musical”
Así
los dos Trípticos quedan unidos mientras duren, como nosotros por algo Dios me
trajo aquí.
Lucía – Juan Pablo
Lucía salía de su segunda clase cuando vio la propaganda en cartelera.
Sintió
de inmediato la sensación de angustia que empapó su almohada en el sueño de
aquella noche y inconscientemente se miró la marca de la quemadura en la mano.
Sin
pensar que quedaban aún tres horas de clase tomó su mochila y se fue corriendo
por la escalera.
Todo
se estaba volviendo muy surrealista, y no podía anotar nada coherente en la
cuadernola. Pero sentía que había una conexión, desde el momento de aquella luz
tan transparente, todo se unía de forma incomprensible. Se le vinieron las
imágenes de los terremotos en Haití y
Chile.
-La
tierra hace temblar al hombre que no respeta su poder-
El
ómnibus no llegaba nunca.
Sin
embargo cuando estuvo frente a la puerta del salón se detuvo su frenesí y quedó
quieta.
-Entrar
sería aceptar. ¿Qué encontraría? Quizás solo
una pintura nada más, Algún
sensacionalista con una simple visión de destrucción al estilo Hollywood.
Vamos
no seas temerosa.
No
he leído aún la crítica.
Pero si empieza hoy.
¡Lucía!
No estás razonando.
Finalmente concluyó el monólogo interior y
entró.
Las
dimensiones del cuadro, eran impresionantes, para su cultura artística, salvo
los murales, nunca había visto nada semejante.
La
luz iba jugando sobre la pintura, moviéndose constantemente, lo que imprimía
una sensación de vida tremenda.
Sintió
su cuerpo transpirar y las lágrimas caer sin saber que estaba llorando.
-¿Dónde
está el niño de los rulos negros?-se preguntó sin tener conciencia de sus
palabras, como si cuadro y sueño fueran uno.
Se
sentó y largo rato permaneció quieta, a la distancia correcta para captarlo,
pero cuando creía que lo había abarcado,
se le iba, y llegaba un nuevo enfoque y Todo era Todo. Vida-Muerte, Comienzo-Final,
Dios-El Hombre, El Hombre –Dios. No pudo soportar y huyó. Demasiado para mi
pobre humanidad, débil y compleja; fue la justificación que se dio.
Detrás
de la cortina Juan Pablo observaba las reacciones. Esa cara le era conocida sin
embargo no recordaba haberla visto.
-Si
empezamos así, vamos mal. Dos escándalos y una huida. A ver Jeroen si me ayudás
un poquito. Decile que es arte. Bah para qué molestarme lo sabía-
Salió
disgustado, su ego estaba herido, esperaba el reconocimiento inmediato; fueron
seis años de trabajo duro…
Cuando
dejaba el salón acomodó en el soporte los “Significados del Apocalipsis” que nadie había tocado. La pila se separó de
la recta más por el viento que por el contacto humano.
Lucía-Juan Pablo
El
día siguiente volvió con unos libros, su infaltable cuadernola y se sentó en el
mismo sitio. Juan Pablo la sintió enseguida
antes de verla y hubo algo que lo
alarmó. Se le erizó la piel, cosa que una total desconocida no lograría nunca.
Quedó detrás de la cortina observándola.
Ella
se abrió en cuerpo y alma al cuadro. Solo sus ojos, denotaban la entrega,
totalmente absortos. Fue como si caminara por él y cada espacio que recorría se
iluminaba por ella. Ya el juego de luces exterior no contaba. Comenzó por el
centro superior, junto a la pirámide, se zambulló en las aguas primordiales y
el remolino de círculo se movió con luz más intensa.
-
Esto es el comienzo, recordó la
Biblia , el espíritu de Dios aleteaba entre las aguas. La luz
ya está presente, pero aún estoy fuera de la materia.
Entró
en la pirámide, conocía a fondo su significación de totalidad creadora: la base cuadrada
representa la tierra, el vértice, comienzo y fin de todo, el triángulo, unión
del punto a la base, es el fuego de la creación divina y a la vez vuelve la
significación del tres como Trinidad- Dios Uno y Tres. El ojo de la pirámide
que en la pintura llora, en el momento que entró Lucía se iluminó.
Juan Pablo al ver los cambios que no eran
producto de los efectos por él programados se conmocionó. ¿Quién era esa que
tenía poder sobre su obra, solo con mirarla?
Mientras
él pensaba eso Lucía tocaba la piedra de la pirámide, estaba fría. Sintió el
temblor leve del cuerpo al contacto con algo sin vida, helado y en su interior
la incertidumbre de un Dios frío. ¿Cómo puede dar vida si no la tiene, cómo
comprender?
Al
salir la luz se había apagado y el ojo lloraba de nuevo. ¿La piedra se conmovió
con la luz de un ser humano? ¿Era la misma lágrima?
Luego
cayó en un vértigo de energía, a diferencia del agua sintió frío, la visión de
los siete arcángeles le marcaba el inicio del final. Ese frío que parte desde la médula a la uña,
un nuevo estremecimiento le trajo la visión del sueño. El símbolo del reloj de
arena era claro. Había empezado. La inmensidad de arena… desierto…miedo…Ella
dentro del tiempo. La soledad del fin. Salió. Era asombroso como podía moverse
en esos espacios.
Miró
a su derecha y vio un ser humano. La sensación de compartir con otro ser vivo
lo que estaba ocurriendo aunque parezca infantil la calmó. No morir sola en
medio de la nada Estaba sentado mirando hacia abajo, se ubicó junto a él. Cubría
la túnica un manto azul.
El
azul del manto de Jesús se iluminó súbitamente y Juan Pablo supo que estaba allí.
Miró sus manos y pies, vio las heridas de los
clavos de la cruz y supo que era Él. En
ese momento la atacó el recuerdo de su madre, sus juicios, como le había bajado
la autoestima siempre y sintió el deseo de destruirla, hacerle lo mismo. Se
empalagaba con la idea de vengarse de todos los que habían hecho que el mundo
marcara la tarjeta de salida. El veneno iba en aumento hasta que Él la sentó en
sus rodillas como si fuera niña y se percató que había absorbido parte de la maldad de los hombres, la que cabe en un
ser humano minúsculo como ella. Luego llegó el llanto, lento, profundo,
saliendo de cada poro de su piel unido a la desolación. Él la acarició, el azul
se hacía más intenso en la pintura. Juan Pablo se acariciaba la barbilla sin
haber encontrado explicación alguna.
-¡Insólito!-
Lucía
tuvo en ese instante la sensación del amor absoluto, del don del perdón y la
humildad cuando sus ojos se encontraron con los de Jesús.
-No
te preocupes, está todo perdonado. Solo que ellos han elegido nuevamente el
camino erróneo. A veces pienso si valió la pena…-
Y una sensación de derrota invadió el rostro
amado
-Pero
tu mirada me dice que sí aunque sea en algunos desperté el amor al otro. Si
solo miraran dentro de sí me verían.-
-Lo
siento, solo se ven a sí mismos y corren por las cosas, cueste lo que cueste,
pisen lo que pisen.
No
todos, no todos, no te entristezcas más.-
-Esos
ya han sido separados-
Lucía
se sintió empujada a salir, dejando amparo tan dulce, se encontró con la
paloma. Esta la engulló y se transformó en luz dorada El manto celeste cayo
inerme a los pies.
-¡Ey!
Ya vamos a cerrar. ¿Está dormida?
El
guardia se acercó.
-Lo
único que me falta es que esté cataléptica. Esta pintura mueve, unos se
asustan, otros escandalizan, otros putean la mayoría aplaude, y recién vamos en el
segundo día-
¡Señorita!-
Lucía
tenía los ojos desorbitados, estaba dentro de la luz y la sacaron bruscamente. Volvió a ser simplemente
humana, con mucho que pensar.
-Perdón.
Estaba inmersa en la pintura. (Nunca la expresión común tuvo más veracidad que
ahora.) Ya me voy. Disculpe-
Junto
sus cosas y huyó sin darle tiempo a que
Juan Pablo la siguiera.
-Si
que has causado revuelo muchacho, mirá si la botija se nos queda ahí –
-Era
la idea- Les contestó malhumorado y salió sin mirar los papeles que seguían
intactos.
Se
fue caminando hacia el apartamento y ahí se golpeó la cabeza:
-
Claro, era la de la plaza cuando la luz extraña opacó todo, la luz también
trajo al Bosco por lo que dijo. Al Bosco lo entiendo pero qué tiene de especial
la muchacha. Se movía dentro de la pintura como yo camino por la vereda. Tengo
que hablar con ella. ¿Volverá mañana?
Lucía
Juan Pablo
Tercer día
Tercer día
Sí
que volvió, a primera hora, antes que llegaran todos; con sus libros, su
cuadernola y su decisión de repetir la experiencia pese al impacto que le
causó. El resto del día anterior lo pasó
entre una idea y otra, intentando descifrar todo. Lo inquietante era por qué a ella. Se sentía tan poquita cosa
para enfrentar “Aquello” que implicaba la humanidad entera. De
todo este ejercicio intelectual no logró nada. Pensó en alejarse de esa
situación tan cerrada como inexplicable Pero allí estaba de nuevo, como si
fuera una cita ineludible.
Juan Pablo llegó tarde. Ya estaba sentada en el mismo lugar absorta por completo.
Nuevamente,
fijó su atención, en la parte superior, se acercó a la paloma que repitió
automáticamente lo del la tarde anterior. Engulló a la muchacha y fue un haz de luz dorada por cada cuadro particular de la pintura. La humanidad desde los ángulos
esenciales. Los pobres muñecos, que en un momento fueron hombres, aglutinados
sin ninguna esencia.
Lucía
dentro de esa luz fruncía el ceño, sonreía, lloraba, se enojaba. Estaba en la
parte central del Tríptico. Esa le era conocida. Intentó mirar a Jesús pero
todo había desaparecido entre el combate escatológico de ángeles y demonios.
Los pilares de la sociedad estaban marcados Ley –Justicia- Religión pero frente
a tan altas miras jugaban pitufos y otros personajes de dibujitos animados.
Todo era dominado por los grandes titiriteros que movían jueces, periodistas,
religiosos, en una mezcolanza con escenas de sexo importadas del mal Hollywood
que nada tenían que ver con la verdadera sexualidad.
-
Complicado el artista. Aquí es más como navegar en sus pensamientos, bah, en
todo su ser; es estar dentro de él. –
No
sabía por qué se le había ocurrido que era
joven.
Todo
se desmoronaba y experimentaba la caída desde el vuelo.
Entonces
se sintió despedida del interior de la paloma, perdió la luz y volvió a su
silla y a su ser
Juan Pablo a su lado le hablaba.
-¿Qué
tal la pinturita? Nunca había visto algo
así-
Lucía
le miró profundamente y reconoció enseguida al niño del sueño. Pero siguiendo
el juego dijo.
-¿Recién
la estás contemplando?-
-Sí,
en realidad pasé porque me dijeron que un loco había anunciado el derrumbe de
la humanidad-
-¿Y
el critico a qué se dedica? –
-Soy
músico, canto en una Banda y a veces compongo algo.
Pero lo de la pintura me va fatal. Te vi tan absorbida que pensé que me podrías
explicar algo-
-Callate,
chanta me querés tomar el pelo.
A
propósito te quedan bien los rulitos. Sigue tu madre salvándote con sus flores.
Mirá que esto es asunto serio. He sentido una
conexión especial con la pintura, algo que no puedo explicar.
Las cartas se juegan a alma viva. No mezclemos
la pavada -
Se
hizo un profundo silencio.
Juan Pablo sintió nuevamente su piel erizada, no eran desvaríos suyos como El Bosco decía, era real. Ella había caminado por su
cuadro.
Entonces
miró en los ojos de ella buscando sentidos, porqués Se encontró que aún
permanecía parte de la luz dorada que había recorrido la pintura. ¿Fuera del
cuadro la llevaba, era propia o surgió
después?
Lucía
que llevaba la carta ganadora ya había pasado dos veces por lo inmaterial, la
no sustancia en una significación absoluta, no ser y ser todo. Igual seguía bajo el impacto de lo vivido.
Todo
el interior de otro ser humano, o lo más extraño que ella había estado en él siendo ella. Cuando
no lo conocía podía fantasear; pero ahora tenerlo al lado bajo esa faceta tan
humana la desconcertó por completo.
Juan Pablo se acarició la barbilla y la miró profundamente y ella respondió con la misma absorción con que
entró al cuadro.
Él
vio su sueño y su pasaje por cada objeto que había pintado con maniática
obsesión. Vio su mano quemándose al tomar la vela, y la luz que emanaba en cada
uno de sus sentimientos.
Lucía
tomó su lápiz como quien toma un puñal y entró en el bosque de símbolos oscuros
que hacían su mirada tan dura.
Uno
en el otro, uno. En ese instante la comunión era mutua.
Él
se extasiaba con la tela de araña y la mosca extática.
Ella
miraba sus nieblas, sus dudas, sus absolutos. “Era Ella y no otra, no quiero y
te prohibo que lo intentes. Desprendete Yo te avisé”.
“Que
vas a hacer mamá te tocó en suerte una hija rarita” Vio su misma mirada en su
viejo que debajo de la parra hablaba con ella sin hablar. Rió con su risa clara
limpia. Se hamacó en su columpio de niña. Jugó con su muñeca. Saludó a las vecinas escuchando sus
comentarios…
Lo vio junto a la dureza de su padre, la
ternura de la madre, la cercanía de la muerte, su miedo al acercarse a aquel
rostro pétreo que en un momento hubiera querido destrozar.
La vio tirarse al agua del arroyito y sentir
como penetraba la humedad en cada poro de su cuerpo, que la purificaba como un
bautismo.
Experimentó su confusión odio- amor llevada al
extremo sin definición. Vivió en ese núcleo cerrado donde todo pasaba por él. Lo vio
capaz de llorar y matar al mismo tiempo con la misma intensidad. Sintió que se
ahogaba y empezó a toser.
Al
instante llevó la mano de la quemadura que estaba en llaga viva, a la boca.
Ahí
volvieron a sí mismos, Juan Pablo con una sensación nueva. Por primera vez tenía
paz una inmensa paz. Sus ojos seguían negros pero con una profundidad de luz
que nunca habían tenido. Vio sus girasoles y supo porqué siempre buscaban el sol y porqué él siempre los había amado.
Lo sacó de su ensoñación, Lucía que parecía
sin aire, con la tos seca de alguien que sale de una mina de carbón. La vio
llevarse la mano en llaga viva a la boca.
-
Pero entonces era cierto-
-Ya
estaba curada Esto es extraño sumamente extraño.
Fue
demasiado, no me siento bien.-
Se levantó. En un instante recogió sus cosas como una autómata y solo
atinó a decir:
-
No me siento nada bien. Perdoname. Mañana seguimos-
Y desapareció como la luz que se iba escapando
de la habitación
Cuando atinó a decir
-Esperá
te acompaño-
Ya
no estaba y todo se veía normal
.-¡Qué
raro, che! Tal vez el Bosco me ayuda a entender. Voy a casa a ver si aún está
Entonces
se levantó. Tenía ganas de hacer tantas cosas, de ir hacia atrás, de ser otro
siendo el mismo. Fue la primera vez que el cuidador lo vio sonreír.
Y
se fue tarareando: “Cuando te busqué//solo estaba yo// solo
junto al mar// Eso que perdí// un montón de fe//Pensando en vos//Ya no soy
aquel".
Cuando
abrió la puerta El Bosco le vio la luz en la profundidad del negro de sus ojos,
como la línea que separa la tercera parte del Tríptico. Se completó el artista
pensó para sí. Si algo tenía que hacer en esta locura lo terminé.
-Y
como os ha ido-
-Raro,
extraño, único.
Me
creerías si te digo que me siento distinto-
-Recordáis
cuando os dije, que un pintor lleva al hombre universal dentro, podéis ser muy
bueno pero sin ello queda solo el lienzo.
Ahora lo habéis logrado, lo he visto ni bien
habéis llegado, estarás siempre en tus cuadros, aunque el mundo se haya dado
vuelta como ahora y nada tenga sentido. Tu cuadro hablará siempre todas las
lenguas, mirará en todos los ojos, escuchará todos los corazones. Quería
haceros un comentario, creo que mi regreso está pronto, te dejé dos recuerdos
en el hombre pájaro y en la monja. ¿No os incomodáis por ello?-
-¿Qué?
-Y
os lo ruego me hagáis el honor de hacerme un boceto, en el bicho de luz para
llevarme como recuerdo de “El apocalipsis”
LUCIA
Lucía
permaneció a dos pasos, de la puerta del salón, escondida. Sabía que si lo encontraba mañana el tercer cuadro del tríptico
se le perdía porque él la iba absorber totalmente como hoy, esperó que se fuera y volvió.
Se
sentó en el mismo sitio y se concentró en la parte de la pintura que le
interesaba: el renacer. De inmediato se repitieron las experiencias anteriores
y se vio atravesando una línea oscura,
niebla de noche, semejante a la que experimentó dentro de él. Luego vino la luz,
su luz.
La
eterna dualidad del ser humano llámese luz-sombra, conciencia –inconsciencia,
bien –mal, dolor– alegría.
Encontró el inicio de su camino.- se dijo a sí
misma. El agregado a la cita bíblica, de
las flores, era clave para el nuevo comienzo. No es necesario destruir el mundo,
pensó, sino construirse a sí mismo para poder cambiar lo que está mal. Hay
personas que tienen un don que
engrandece a la humanidad. El suyo era mostrar, sacudir, enseñar mediante los
colores la esencia humana. ¡Bien por Juan! – Salió de sí mismo y entró en el
laberinto del vivir! Acompasa el significado de su nombre, “Yahvéh se ha
compadecido.” Luego lo olvidó hipnotizada en un exquisito deleite.
La planicie la recibió en una plácida humedad,
era la frescura de niña recién nacida, con el líquido materno aún sobre su
cuerpito. A su lado iba el hombre con su enorme cerebro caminando más seguro
pese al peso, como quien sale de un peligro infranqueable.
De pronto se sintió dentro de él y le llegaron millones de palabras, en
todas las lenguas, que sin entenderlas, le daban respuestas. Era sabia sin
saber nada, maravilloso don de la humanidad.
Sintió un aleteo, un matiz dorado, y
experimentó algo increíble: el seno materno. La dulzura de lo que sorbía era fortificante.
Sorbo a sorbo iba creciendo hasta que estuvo de nuevo parada en la planicie.
Hacia ellas caminaba un hombre común. Eva le sonreía, acariciando al niño, la humanidad nueva.
Lucía
observaba, ya frente a ella.
-Ten,
tu destino es la luz, ya sabemos que el hombre, cae en la oscuridad durante el
camino muchas veces es su naturaleza. Te encargarás de ello. -
Lucía cobró entonces la forma de antorcha que
se fue trasmutando a mujer, mientras Eva
terminaba la frase. Entonces le alcanzó la vela dorada y de inmediato la marca
de la quemadura desapareció.
El
hombre de vaquero ya estaba a su lado y reconoció a Jesús y una sonrisa radiante en lugar de la tristeza por la derrota del primer cuadro.
-Iluminar
un alma detiene el desastre de la humanidad-
Lucía
iba a contestar pero la atrajo el ojo de la pirámide lleno de luz.
Prácticamente la sorbió.
Estaba
dentro y lo que antes era piedra fría ahora era cantos, armonías, pájaros que
volaban, papeles que el hombre pegaba y el Otro asimilaba para dejar libre el
espacio.
Le
escuchó decir.
-No
lo puedo dejar tan solo, la verdad que para ellos es complicado.-
El
hombre del cerebro enorme se había transformado en un colibrí que revoloteaba
entre las paredes. Pensó en J. Martí “Las verdades elementales caben en el ala
de un colibrí”.
.Lucía
miró, con la vela en la mano, al Otro. No sintió ningún temor, al contrario
experimentó profunda ternura.
-Así
sí puedo quererte- dijo y le besó.
En
ese instante salió de la pintura.
Se
sentó para reponerse en el banco de
siempre, en el lugar de siempre.
Sin embargo la sensación era diferente. Había
absorbido tanto que parecía desbordarse, no poder contener esa paz, se sentía
tan bien…
-Señorita
le ruego me perdone pero ya es la hora-
-Sí
deme un instante, por favor-
Tomó
una hoja de la cuadernola y escribió:“te ruego me perdones pero la cita era con
la pintura. Espero que ahora que tenés la luz sabrás resolver tus encrucijadas,
Por las dudas te dejo la vela dorada, que me dio Eva, no dudes, tú lo pintaste.
Ah y espero que me digas cual de las tres
colombinas es la auténtica, no te equivoques es una sola”
Enrolló
la vela en la nota y la dejó sobre el banco.
-Podría
si no la encuentra, alcanzársela, por favor. Es importante. Solo él debe
leerla-
-¿Mañana
no nos acompañará como estos días?-
-No
la pintura ya está dentro mío, no lo necesito. Gracias y perdón por las molestias.
Adiós-
-Hasta
mañana-
Sin ninguna explicación,
en el museo del Prado, el tríptico del Bosco
llamado, “El Jardín de las
delicias” por otros; se desconoce el nombre que él le dio, si se lo dio, luce
distinto. Está cerrado.
La luz primera vuelve a
cruzar el espacio y el tiempo. Se da un destello cuando Lucía deja la vela
dorada en el banco.
Jeroen estaba sentado en el sillón mirando El Apocalipsis
cuando lo sacude la luz y al abrir los ojos nuevamente está en su taller con el
boceto en la mano.
¡-Rapaz ¡ aquí
bribonzuelo .Quiero una copa y la mejor botella de la bodega.-
¿Quién iba a decirlo? Y soltó una carcajada
que resonó en todas las paredes. Fue a su sitio secreto y guardó bajo llave El
Apocalipsis de Juan Pablo.
Juan Pablo iba por la
plaza cuando lo alcanzó la luz. Todo su cuerpo tembló y por un instante se
iluminó.
Corrió a su casa aunque
ya sabía que no lo encontraría .
-Hijo de puta se llevó
el boceto nomás- Y dejó que la risa liberara sus dientes siempre apretados.
Jeroen, sabes, luego de tu
muerte cuando limpiaba el taller el aprendiz
encontró el boceto. Estuvo largo rato
mirándolo, lo sintió pero no lo entendió. Te admiraba, eras su Maestro así para
salvar tu alma y tu memoria, lo enrolló
y cuando llegó la noche lo dejó en la puerta de la casa del Inquisidor.
-Obra del demonio. Hay
que quemar al hereje. Comenzaron una
búsqueda frenética de Juan Pablo, que si hubiera Infierno aún continuaría.-
Juan Pablo pintó luego un
retrato de mujer, rodeada de girasoles pensé que te gustaría saberlo.
Lucía ya no usa
cuadernola para anotar sus experiencias.
En el Museo del Prado
todo ha vuelto a la normalidad El Tríptico “El jardín de las delicias” luce sus
tres cuadros.
.
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