El mundo que vivimos
tiene un encanto especial nada es igual, lo multiforme da vida al equilibrio y
nadie vuela más alto que su prójimo.
Desde la hormiga
colorada tan pequeñita siguiendo la línea de su camino hasta el elefante
alborotador, cuyo paso revuelve todo el paisaje, se sigue el orden y nada vale
más o es más bello
Simplemente es
distinto
La vida va dando sus leyes y hay que respetarla Si me subo encima del otro, rompo ese sano equilibrio, ese plato que me
alimenta Madre se apena y viene el miedo
No demora reubicar las cosas Así aconteció con los “Opacos”
Otros seres del
universo natural ¿Cómo, no saben que más allá de nuestra tierra hay otras?
Veamos: nuestra
casita no es la única sino que hay muchísimas en la ciudad donde vivimos
¿Verdad? Lo mismo pasa con nuestro planeta No es el único; se piensa que hay
muchísimos en el universo. ¿Qué es? Lo
que llamamos cielo.
Si ponen atención
todas las noches que no hay luna o su luz anda pereceando por ahí, cada uno de
esos mundos prende su farolito para que recibamos su señal. Pero encandilados
por las luces de la ciudad no podemos verlos. Perdimos la facultad de recibir
sus mensajes
Además los hombres de
hoy se han dedicado ha despanzurrar el cielo y este se esconde de ellos
ruborizado del miedo que le dan sus naves y sus ondas y tanto ruido y
basura....
Por eso nosotros, los
que miramos con ojos de siempre, debemos protegerlo con nuestro respeto,
brindarle cariño porque en él se ocultan las llaves de todas nuestras cosas
pasadas y porvenir Quizás un día nos devuelva la armonía
Pero mi historia
venía por otro camino así que demos la vuelta, paso por un puente paso por otro
y seguimos nosotros
En uno de esos
planetas, lejos muy lejos vivían los hombres espejo Eran altos cuadrados de una
sustancia muy suavecita y brillante Parecida a la luz de las estrellas
Ya sé; dirán, “-qué
feos,”
Pero no se imaginan
el susto que se llevaron ellos cuando uno de nosotros se reflejó en su luna
Dijeron –Qué cosa más
horrorosa llena de carnes está pintada en nuestra luna Es espesa como el agua
del volcán y opaca; se apaga, no tiene luz propia
Pobrecito
Sí, cada uno tiene su
forma de belleza, mis niños Ellos
pensaron que la suya era la única forma hermosa y claro lo que vieron era tan
distinto... .
Casi se desmayan de
susto ante la ausencia de rectas y preponderancia de las curvas que nos dan la
forma que tenemos Discutieron todo un día sobre el sortilegio de su luna pero
cuando se perdió, la olvidaron para volver a la tranquilidad de sus días
Eran importantes
dentro del universo porque guardaban la luz y la imagen en su claridad. Los
pequeños aprendían con sus primeros pasos a atrapar la luz y guardar la imagen que se les pusiera
delante
Como todos eran
iguales su apariencia no importaba solo lo que sentían los hacía distintos Eran
muy cuidadosos con sus palabras y con sus gestos porque si hacían algo mal
alteraban lo que tenían frente a ellos y la imagen que guardaban era feísima
Así tenían ordenado
su mundo y sus días corrían dentro de ese orden de luz de estrellas y de formas
y colores guardados en su cuerpo a medida que iban apareciendo
El desbarajuste se
armó el día que llegaron “los navegantes”, en esa nave circular, pintada y
bajaron con esas cosas redondas, moviéndose despacio y desperdiciando todas las
formas que se le paraban delante. No guardaron
ni una sola
Todos los hombres
espejos atendieron como ellos desatendieron la función de guardar las cosas; se
pararon firmes frente a esos seres raros que no cuidaban los tesoros
guardándolos en su interior. En la medida que se enfrentaron los unos
reflejaban a los otros y el desconcierto de la repetición infinita ganó a ambos
lados de la fila. Unos querían ver cosas nuevas y los otros no querían guardar
en su planeta a los irrespetuosos
Por supuesto los dos
consideraban al de enfrente espantoso.
Los niños espejos miraban la luna y señalaban
a los “navegantes” como oriundos de allí por lo redondo Los grandes lo tomaron
como un presagio funesto al ver a los
intrusos.
Uno junto a otro los cuadraditos se aliñaron
dispuestos a no ceder una forma de su hermoso mundo a esos seres opacos y
circulares
Y los seres opacos dispuestos a embriagarse
de tanta luz, considerando el derecho de
conquista, no sé, basándose tal vez en su viaje, arremetieron hacia la luz como
suya
–En mi mundo voy a
ser importante si llego con esto
Y zas a cazar
El combate fue
difícil ya que se enfrentaban materias distintas, y cuando la vida surge de
cauce diferente la muerte también lo es
Los opacos al
sentirlos fríos a todos, pensaron
-Ganamos-
Y los espejos lo
contrario
El calor signaba el
fin Tocaban los Opacos y al sentirlos tibios
-La victoria es
nuestra
Pero las filas
seguían igual sin bajas aparentes
Entonces se cambió la
estrategia no matar que al final iba contra el sagrado designio de guardar de
los hombres espejos Se ahuecaron de
vergüenza al sentir algo tan fuera de su oficio.
Madre había susurrado
una advertencia
- ¿Cómo pudimos ser
tan mezquinos?
Y los opacos pensaron
-Si perdemos los
espejos se va nuestra posibilidad de tener luz en abundancia en nuestro mundo y
cae nuestra ganancia
- Aparte de opacos
desoyeron la voz
Así que con cuidado y sin escrúpulo empezaron
a cargar en la nave a los desorientados habitantes de espejolandia que no
sabían responder a ese embarco
Pero una vez fuera de
su mundo, cuando arrancó la nave, los hombres espejo se endurecieron y
perdieron la suavidad
Muchos al verse
atrapados se quebraron en mil fragmentos.
Otros aún hoy continúan la lucha y a veces
logran escaparse de la nave circular y los vemos volver a su tierra en una
estrella fugaz
Los más fuertes
acompañaron a los opacos en la nave pero ahora con una intención diferente
Habían entendido que
cada uno busca su destino y de aquí a la eternidad reflejaron siempre la
codicia, la fealdad, , y los cambios de los Opacos hasta su muerte.
Por eso estos siempre sienten miedo frente a un espejo
Fundamentalmente
mostraron su egoísmo al sacarlos de la guardia de la luz por ganar esos
papeluchos
Y nunca pero nunca le
devolvieron las imágenes lindas: de luz, amor, amistad
Al contrario las
tragaban en su interior y con ellas recordaban los días felices en los tiempos
que la riqueza era solo cumplir con la tarea de cada uno.
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