jueves, 25 de julio de 2013

El heroísmo en el Inferno de La Commedia de Dante Alighieri Parte II Ulises Canto XXVI

El heroísmo en el Inferno de La Commedia de Dante Alighieri Parte II Ulises Canto XXVI

          


Dante Alighieri toma sus personajes de la historia mediata, inmediata, de la mitología o de la literatura. Nunca crea un personaje, porque un desconocido, no sirve de ejemplo. Es la misma técnica de J Manrique en el “Ubi sunt””Coplas por la muerte de su padre” .
Nuestro primer héroe fue Farinata, historia inmediata, conocido por sus contemporáneos, claro ejemplo para los florentinos. Ulises, nombre latino del griego Odiseo viene de otra fuente, la literatura. Los biógrafos de Dante dicen que éste no conocía la obra de Homero, por lo tanto, no podemos  considerar La Odisea.  Sí, La Eneida  de Virgilio donde se cuenta el episodio del caballo de madera que causó la perdición de Troya Libro II. Pero Ulises personaje mítico- literario del mundo grecolatino queda reducido a este episodio y otros  que dan pie a la leyenda. Indudablemente  esta fue gestándose en la tradición oral  y luego escrita en la Edad Media. Cuando en pleno siglo XXI se dice “la vida pende de un hilo” la mayoría desconoce el mito de las Parcas, griego. Creo que con Ulises en Florencia del siglo XIV,  ocurre algo parecido.

La creación del personaje se plantea por la curiosidad del peregrino, quien dedujo el entorno de las llamas y el castigo para las almas que las contienen, pero hay una “… chi é ´n quel  foco che bien si diviso // di sopra, che par surger de la pira…” “...¿quién arde en aquella llama dividida por arriba en dos y que parece surgir de la pira”…
Se alude a una distinción, cada llama contiene un alma y aquí aparece una, con una división en su punta. Dante autor, singulariza a Ulises, para que el viajero y con él el lector, se detengan. Vemos primero al personaje en su condena y luego escucharemos sus palabras.
El castigo es por al mal uso de la inteligencia, el alma está cubierta por una llama que arderá como todos los condenados hasta el día del juicio final.
“ …Lá dentro si martira// Ulisse e Diomede,e cosí ´nseme…” “…Allí dentro padecen su martirio, me respondió  Ulises y Diomedes, y asi juntos sufren el castigo…” Ulises no está solo, su compañero de aventuras sigue junto a él en el infierno. Juntos pagan el engaño del caballo, el fraude de Deidamia, y la pena por el Paladión. Virgilio guía de Dante personaje, presenta las culpas y caracteres de los condenados. Nada debe quedar sin explicar de la justicia divina. El engaño del caballo de Troya contado por Homero en La Odisea y por Virgilio, como ya citamos, consistió en la fingida huida de los aqueos y la supuesta ofrenda dejada en la playa para los dioses, que escondía en su vientre, la mayoría de los héroes.
 El engaño de Deidamia pertenece a la mitología y explica como  Aquiles  se viste de mujer para que Agamenón no lo encuentre y se refugia en el gineceo del rey Licomedes.  Bajo esta condición posee a Deidamia. Odiseo disfrazado de mercader lleva unas armas y telas para vender. Aquiles de inmediato se desenmascara  al  ir a ver las armas y marcha a la guerra dejando a la mujer sin futuro marido. Nota 1
 El Paladión parece un anexo posterior. Surge unido al caballo que los aqueos habían dejado como ofrenda a los dioses, concretamente a  Palas Atenea. Luego el mito lo transforma en una estatua que está dentro de Troya y que Ulises junto a Diomedes roban.
Nota 1 Diccionario mitológico P Grimal.

Surge la primera cualidad del héroe, el compañerismo.
Se repite, como en el ejemplo anterior, la creación de personaje por pareja. Aquí la pareja es reflejo del héroe, con quien compartió aventuras y pasiones. Diomedes es el hombre que sigue fielmente al héroe. No habla, y es menor su altura en la llama bicorne.
La disparidad de proporciones se da en el momento en que la figura se concreta en personaje al hablar.
Analicemos la reacción de Dante “S´ei posson dentro de quelle favile//parlare…maestro assai ten Priego// e repriego, che ´l Priego vaglia mille,// …fin che la fiamma cornuta cua vegna://vedi che il desio ver lei mi piego//”” Si pueden hablar dentro de aquella llama.. te ruego maestro, y te lo vuelvo a rogar, y que el ruego valga por mil, que no te niegues a que espere a aquella llama”
La triple reiteración de “Priego” muestra el deseo del viajero, de hablar con los condenados, casi tan determinante como el deseo de Ulises de cruzar los límites de lo humano, al pasar las columnas de Hércules. El ansia de conocimiento se contagia al personaje. Otra cualidad del héroe arrastrar con su ideal a hombres movidos por su admiración. Lo veremos en la arenga.
Pero el viaje  de Dante no es para despertar los vicios, sino para ayudar a superarlos, para eso está Virgilio. La depuración surgirá de su  encuentro con un héroe, que ejemplifique su final en el infierno cuando el deseo de bien se personaliza y se aleja de Dios. Así Dante debe separarse de su pasión por Florencia y su gloria. Lo vio en Farinata y   ahora bajo otra óptica aparece en el canto XXVI
El guía lo modera “Lascia parlare a me, ch´i´ho concetto// ció che tu vuoi;ch´ei sarebero schivi perche fuor greci” “ Déjame hablar a mí, que comprendo lo que tú quieres, y ellos por ser griegos tal vez se mostrarían esquivos a tus palabras”
Virgilio se hace cargo de la situación y no autoriza el diálogo directo con el pretexto del origen griego de los condenados y por lo tanto orgullosos. Se da la presentación  de Virgilio ante los condenados.
 Aquí Dante autor pone en una misma línea temporal, siglo I A.C a Ulises con Virgilio. Este señala ante aquellos, sus merecimientos en vida y sus “alti versi” como su hubiesen sido contemporáneos y hubieran leído su obra, cuando los separaban siglos y uno fue un hombre y los otros personajes mitico-literarios.
Ulises como héroe no responde al saludo;  no creo que sea por orgullo sino porque quedó fijo en su última aventura que lo acercó a la realización de su anhelo: “ virtute e conoscenza”,” virtud y conocimiento” El absoluto de bien y saber, solo accesibles a Dios.
Sus palabras constituyen un discurso, exposición  oral con la finalidad de convencer.
El hombre puede plantearse un desafío, ir más allá de los límites y de lograrlo mejoraría la condición de la humanidad. Debe renunciar a lo que ama porque se debe a ese objetivo. Él decide su destino, sus hombres, entre ellos el fiel Diomedes le siguen
El discurso para nada se relaciona con las culpas  antes enunciadas, incluso las anula. Es demasiado grande su propósito para enlazarlo a su ingenio. Las culpas vienen del mito en el cual su último viaje no aparece. ¿Estaría en la leyenda que le llegó a Dante o es una creación de este? No se puede  documentar ninguna respuesta.
Se divide en varias partes: primera su separación de Circe. Segunda, su partida de Ítaca, la enumeración de sus vínculos familiares que le llevaban a permanecer en su reino. Tercera, su deseo de llegar al absoluto del conocimiento del hombre, entorno, vicios, virtudes. Cuarta, descripción del viaje. Quinta, arenga. Sexta, ruptura del espacio humano, vislumbre del objetivo, perdición y reconocimiento final de la voluntad divina.
Primero la situación que lo enaltece: “ mi diparti´da Circe” Estuvo más de un año en Gaeta por su voluntad, ya que no huyó, se separó con la ayuda de la hechicera. Muestra como se va alejando de la imagen de héroe épico, cuyo mayor gloria sería permanecer como consorte de una diosa y se encamina al plano heroico atemporal, buscar lo que eleve a la humanidad.
P. Valery decía que el mayor enemigo de los héroes son sus seres amados. Dante autor lo plantea a través de hijo, padre y esposa. Cada uno acompañado de un adjetivo o frase adjetiva que define los afectos. “né la dolcezza di figlio” “ ni la dulzura del hijo” La sinestesia (unión de sensaciones o sentimientos) marca claramente el amor paternal, todo lo que despierta el hijo. “Né la pieta del vechio padre””Ni la piedad por mi anciano padre” Piedad tomada como veneración al padre anciano al que debe cuidado, respeto, agradecimiento y amor.” Né ´l debito amore lo qual dovea Penélope far lieta” “Ni el amor que debía hacer feliz a Penélope” Es totalmente consciente del peso que tienen en su espíritu sus seres queridos. No es que no estén, su cualidad heroica los traslada a un segundo plano, pese al desgarro que ello significa. La fuerza del ideal lo empuja, vence todo lo que lo define como hombre. ¿Cuál es ese ideal, ese“ ardore”?La plenitud del hombre: vicio y valor, del mundo.
Ya planteado el objetivo, inicia el viaje sin retorno. El límite del mundo conocido era el estrecho de Gibraltar, donde según la creencia grecolatina, Hércules había plantado sus columnas “ dove Ercule  segnó li suo ´riguardi” “para que el hombre no pudiera pasar más allá.” Este es el desafío al cual no llegan con el ímpetu de la juventud, sino “vecchi e tardi” “viejos y cansados”.Como antes del peligro de la batalla, el capitán realiza la arenga para animar a sus hombres, Ulises en el momento último cuando ya no hay vuelta atrás les habla. “ O frati, dissi, che per cento mila  //perigli siete giunti a l´occidente//a  questa tanto pocciola vigilia//de ´nostri sensi ched é ´l rimanente.//non vogliate negar l´esperienza//di retro al sol, del mondo sanza gente// Considerati vostra semenza:// fatti non foste a viver come bruti// ma per seguir virtute e conoscenza” “Oh hermanos, dije, que a través de cien mil peligros habéis llegado a Occidente a la escasa jornada que le queda a nuestros sentidos no neguéis la experiencia de seguir tras del sol hacia el mundo deshabitado. Pensad en vuestra naturaleza. No fuisteis hechos para vivir como  brutos sino para alcanzar virtud y conocimiento.” La arenga conmueve profundamente a sus compañeros, pero también a Dante personaje y a los lectores que quedan pensando en la condición humana. ¿ Cuál es realmente nuestro destino? Aceptación o desafío.
El peregrino no puede hablar, ni preguntar queda junto al lector en el dilema. Ulises nos dice no nacimos para ser como brutos, sino para lograr virtud y conocimiento. Lo normal para él hubiera sido quedarse en Ítaca junto a los que ama pero sería un simple hombre. El héroe siempre abre el camino, él se destruye pero quizás quien le siga mejore la existencia humana. Su sacrificio tiene sentido y a él se entrega con pasión.
No importa que lleguen viejos y cansados a la meta, sino que den su vida para lograrlo. Alcanzan a ver y ese es su instante de gloria, la montaña, la meta,  la nueva tierra. Pero de allí  llegó el castigo y la destrucción, salió un torbellino, que hundió el barco.
 Cabe preguntarse entonces, porqué perecen Ulises y sus compañeros si su objetivo era por demás loable. Porque el absoluto solo lo logra Dios, virtud y conocimiento, no el hombre simple mortal.
 El impulso de concretar lo absoluto en el héroe cae. El único acceso que queda al hombre  de la época, es lo que Dante plantea como tema de la Commedia, llegar a Dios siguiendo el camino recto.
 Esta es la doctrina, pero la poesía de Dante se concreta, muchas veces en la obra, en un plano por encima del deber ser religioso. El infierno es para Ulises el marco perfecto para su heroicidad. Lo muestra en su carácter trágico, hundirse por la búsqueda de un ideal que implicaría una superación del hombre. Perderse en su lucha es lo más íntimo de la fibra heroica.
La pregunta es, que capacidad tiene el hombre siglo XXI para asumir ese desafío.  Los hombres huecos de T.E Eliot, sumidos en una sociedad de consumo como “bruti”. Uno apoyado en el otro, siguiendo los roles que les fijan. Tal vez le haga bien a esta sociedad globalizada, buscar virtud,  valor y conocimiento.
Profesora

Mª Cristina Betarte

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