ANÁLISIS LITERARIO DEL CAPÍTULO I DE LA
OBRA:
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
PARTE I 1605
Presentación del hidalgo
La puerta que abrimos en este análisis va
más allá de la obra en sí misma, de su creador, de su época. Es la entrada a la
novela moderna, al castellano actual con toda su riqueza, al hombre que
Cervantes nos presenta en siglo XVII tan cercano a nosotros, con sus dudas y
certezas, sus miserias y grandezas. Es la primera novela en presentar una visión total del mundo.
Es
un clásico. Hay muchas definiciones para esta palabra aplicada a la retórica:
a) obra que trasciende al tiempo, b) que sigue las normas establecidas… Elijo
la de Pedro Salinas: “Un clásico es un libro que presta siempre al espíritu del
hombre un servicio de máxima calidad.”
Es mucho lo que debo a don Miguel y a su
Quijano-Quijote
Con este respeto y admiración me acerco al
análisis. De lo dicho anteriormente, largos estudios se han hecho y se harán.
Pero no se hablará de ellos en esta ocasión, aunque sean necesarios. En otros
artículos tal vez
Hoy
quiero centrarme en el texto y probar en el análisis lo que diría el estudio.
El ingenioso hidalgo don Quijote de
la Mancha. El titulo ya marca las dos visiones que
van acompañar al personaje. Cervantes cumple así con esa dualidad:
hidalgo-caballero andante, que en distintos matices se mantendrá en toda la obra. Al hidalgo lo califica
“ingenioso”, al caballero andante, lo
alude por el nombre don Quijote, que mantendrá en toda la Primera Parte (1605) a partir del capítulo
I. Y lo continuará hasta el último.
Muere primero el caballero, recobrando la
“cordura” y luego de melancolía, el hidalgo, final de la novela ( Parte II
1615).
Don
Quijote no existe sin Alonso Quijano, el ingenio de este, lo creó para escapar
de la rigidez del régimen social de la época. Es cierto, tuvo que enloquecer
para mantenerse en su huida, pero no olvidemos, de un extraño género de locura.
”Don
quijote es un loco por engaño de sí mismo. Tuvo Cervantes la precaución de
dárnoslo a conocer en estado de cordura, pues, sobre todo en los primeros
capítulos, siembra abundantes detalles, destellos, más bien, suficientes para
dar al personaje todo su vigoroso relieve” Salvador de Madariaga, Guía del
lector del Quijote.
Es una novela de personaje, la acción
narrada, gira en su mayor parte entorno
a este, exceptuando las historias que intercala, por ejemplo,
El
curioso impertinente, en la que don Quijote es pasivo.
Ya dijimos que era un hidalgo, veamos por
qué Cervantes ubicó a su personaje primario en esta clase social.
Hidalgo significa hijo de algo, y alude al
último peldaño de la nobleza. La mayoría derivaba de título otorgado por los
monarcas, en pago de algún servicio. En la Reconquista se le daba un caballo,
armas y un trozo de tierra para que pudiesen acceder a la nobleza y formar
parte de los ejércitos tan necesarios en esos tiempos, a los que el vulgo no
llegaba. Es evidente que en sus inicios no fue nobleza de sangre, por eso es
hijo de algo, no de alguien. Sus posesiones eran exiguas. La ventaja era la
exoneración del pago de impuestos. La desventaja era que no podían realizar
trabajos manuales, considerados innobles, so pena de perder la hidalguía.
Quedaba limitado entonces a las armas o
las letras. Ya en la novela La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas
y adversidades, el escudero, único
amo que trata bien a Lázaro, no tiene ni para su sustento y se alimenta de la mendicidad del muchacho,
quien lo compadece.
Estructura externa de la Parte I (1605) Se
divide en cuatro partes, estas a su vez en capítulos, llegando a un total de
veintisiete.
La
estructura interna de la obra es imposible realizar, por la dimensión y
versatilidad temática.
Estructura interna del capítulo I:
a) presentación del hidalgo,
b) pasos hacia la locura,
c) arreglo de las armas,
d) creación de Dulcinea.
a) presentación del hidalgo,
b) pasos hacia la locura,
c) arreglo de las armas,
d) creación de Dulcinea.
Capítulo I Que trata de la condición y
ejercicio del famoso y valiente hidalgo don Quijote de la Mancha
Condición y ejercicio aluden, (como dice
la nota 2 de la edición de la Real Academia Española del IV Centenario), a la
posición social, los rasgos personales y
el modo de ponerlos en práctica. Se cambia el calificativo, ahora es “famoso y valiente”. La fama es una de las cosas que perseguirá el
personaje, como caballero andante, cansado de la opacidad de sus días. Imposible
ser famoso cuando no se ha movido de su hacienda. La valentía, como es típico en esta novela,
donde las palabras calzan en varios significados, podemos tomarla, como una ironía porque aún
no ha podido probar su valentía en el
mundo caballeresco, o darle un valor
existencial. Ser lo suficientemente
valiente, para asumir lo que queremos ser, cuando la sociedad nos
acorrala con sus límites.
Comienza la obra: “En un lugar de la
Mancha…”Ubica en el espacio, pero en forma imprecisa. Pisamos suelo castellano,
estamos en la Mancha, pero no sabemos con exactitud el lugar. Lo mismo sucederá
con el tiempo: “no ha mucho tiempo” El pasado es cercano, no ha trascurrido mucho.
Toda narración debe situarse en tiempo y espacio para que pueda darse la
acción, el narrador imprecisa el lugar y acerca el suceso.
“…de cuyo nombre no quiero acordarme” El
nombre del lugar está en la memoria del narrador omnisciente que entra
directamente en la novela a través el pronombre personal “me” en forma enclítica.
El porqué Cervantes pone esta entrada del
narrador y su voluntad manifiesta de no recordar, ha dado lugar, con el paso
del tiempo, a un sinnúmero de interpretaciones. Unos lo unen al prólogo y toman
en sentido directo la frase que durante creación de la novela de 1605 estaba
preso y no quiere recordar sitio tan penoso.
Personalmente me inclino, en función de la excelencia del escritor y la
personalidad que emana de sus obras, por una explicación más literaria.
El objetivo planteado por Cervantes para
justificar su obra, es mostrar lo negativo de un género en pleno auge en la
época, las novelas de caballerías. Su crítica se basa en distintos aspectos, la
fantasía que proyecta al héroe a aventuras imposibles. La irrealidad, sus
personajes no comen, no duermen, no parecen humanos. Su lenguaje arcaico que
complica voluntariamente para llevar la historia a tiempos remotos. Creer lo
que plantean llevaría a la locura.
“Cervantes al concebir el Quijote, tiene
una mira que nos es de sobra conocida: su novela será la antítesis de las novelas
de caballerías….”
La parodia muchas veces juega a luces y sombras, efecto tan querido al Barroco, en este juego de opuestos surge la burla y el
descrédito.
Aunque con don Miguel no podemos tomarnos
las cosas de forma lineal, porque caeríamos en graves errores.
El
autor quiere presentarnos a un ser lo más antiheróico posible y lo más opuesto a los caballeros
andantes, para ello elige todos los elementos que puedan dar al lector la sensación
de medianía, de calma, de vida normal en un pueblo de Castilla. Cervantes en un
punto ascendente y otro descendente, delimita con precisión el bulto de su
protagonista, logrando así un fuerte contraste entre la realidad de su
personaje y su propósito”. Joaquín Casalduero, Estudios de literatura
española.
Si vamos al inicio de cualquier novela de
caballería. Lo primero que se indica y destaca es el lugar de nacimiento.
Pretendiendo extender a él la gloria del héroe. E incluso le ponen junto
a su nombre. Baste citar el modelo, que
imita, con mayor asiduidad nuestro personaje Amadís de Gaula. También el mundo caballeresco
se proyecta en la Edad Media, muchos
siglos antes, donde la fantasía poblaba el mundo de encantadores, gigantes. El tiempo debe ser mediato para permitir ese
desarrollo idealista. Pues el narrador
como dice Casalduero, hará lo contrario para fundamentar la parodia.
“… vivía un hidalgo de los de lanza en
astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor” El personaje entra en la
novela de forma indeterminada “un
hidalgo de los”. Uno entre muchos. Ya explicamos el sentido de hidalgo, también sabemos que vivía en un lugar de la
Mancha, medio rural, en una hacienda, con algunas “fanegas” de tierra fértil.
Que no se ejercitaba en las armas porque su lanza estaba en el astillero,
percha donde se colgaban las armas.
“…adarga antigua” Es un escudo hecho con piel que se usaba en la lucha
cuerpo a cuerpo, con espada. No soportaría el envión de la lanza, más con el
impulso de la carrera a caballo. Ya empieza a jugar la ironía, las dos armas
nombradas no armonizan entre sí. Se completa con “antigua” las heredó de sus
antepasados, como su hidalguía. Sigue la creación del personajes con los
animales que lo rodean: “… rocín flaco y galgo corredor” La primera mención de
Rocinante, que llega a la novela como su amo en la mayor indeterminación. Rocín
es una raza de caballo de mala condición, de tiro, para el trabajo, y le agrega
“flaco” la miseria asoma ya a la narración.
Sin
preparación alguna deja la creación del personaje y pasa a describir la cocina,
perdón, la “olla”. La sinécdoque nos introduce abruptamente, cuando estábamos
preocupados por la comida del rocín, en la del amo. Nada más antiheroico que la
cocina, y dentro de esta habitación asomarnos a “Una olla de algo más vaca que
carnero,…” Al abrir esa tapa también surge la pobreza del hidalgo porque la
carne de vaca era más barata que la de carnero. El pueblo comía vaca, el noble
carnero. Nuestro personaje estaba en el nivel más bajo de su hidalguía.
“…salpicón las más noches…” Se preparaba con los restos del mediodía, se
sobraba comía si no, no. “…duelos y quebrantos los sábados”… se llamaba así a
una tortilla o revuelto de huevos con tocino o chorizo. “…lantejas los viernes”
Usa un arcaísmo, lentejas, porque como buen cristiano viejo no comía carne los
viernes, norma del catolicismo.
Cristianos viejos eran aquellos que siempre
mantuvieron la religión católica, los cristianos nuevos surgieron luego del
edicto de la reina Isabel que ordenaba salir de territorio español a los no
bautizados en esa fe. Muchos lo hicieron, otros se quedaron, movidos por razones socioeconómicas, más que por adherir sinceramente al cristianismo. “…algún
palomino de añadidura los domingos…” Palomino, pichón de paloma, era la comida
del domingo.se lo menciona irónicamente porque es normal que ese día de la
semana se destaque con un menú especial. Este no lo es.
“…consumían las tres partes e su hacienda”
Aquí lo sugerido se manifiesta en la más triste realidad contable. Tres partes
de lo que le daba su hacienda se consumía en una comida pobre y escasa. Si la
mayor parte de lo que ganamos se nos va en el comer, cómo enfrentamos los otros
gastos.
“El resto de ella concluían sayo de
velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo y los
días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino” Aquí vuelve la ironía, fino, no por calidad elevada sino
por desgaste del tiempo
Lo que quedaba, iba para una vestimenta,
pobre, pasada de moda, da el tiempo en
que se compró y su uso. Además se limita a dos opciones, días feriados y
entresemana, sin importar las estaciones. Para los significados, tomaremos las
notas de la edición de la Real Academia. Sayo, vestimenta masculina, con falda
pasado de moda ya en el 1605. Velarte, paño de abrigo de color oscuro. Calzas,
especie de medias abombada y con tiras para abrigo de los muslos. Velludo felpa
o terciopelo. Pantuflos, calzado que se ponía encima de otros zapatos. Vellorí
paño de color pardo de calidad mediana.
Predomina el color oscuro. Se une a la pobreza
del hidalgo, la rutina. Sabía cada día lo que iba a comer y que ropa iba a
usar. Toda una vida sin trabajar por su hidalguía, con armas guardadas, sin
pluma que se mencione hasta el momento, que le dé la salida de las letras, la
monotonía invade, junto a la soledad, su existencia. Se justifica la
lectura porque mientras lee pasa a otro
mundo. Si son novelas de caballerías es lo opuesto sus días iguales.
“Tenía en su casa un ama que pasaba de los
cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte y un mozo de campo y
plaza que así ensillaba el rocín como
tomaba la podadera” Los personajes que rodean al hidalgo aparecen también
indeterminados como este. Las mujeres, una, pasaba, la otra, no llegaba, la
antítesis muestra lo lejos que están de llenar el vacío del futuro caballero,
con una charla. Cervantes toma también irónicamente personajes que aparecen en
las novelas de caballería, ama y sobrina.
Para el manejo de la hacienda tenía solo
un mozo que se encargaba de la caballeriza como del campo, recordemos que la
hacienda se había agotado en ropa y comida.
“Frisaba la edad de nuestro hidalgo con
los cincuenta años” Seguimos manejando la imprecisión voluntaria del narrador, al
ser omnisciente podía darle los años que quisiese. Pero no, él quiere que se
presente como real. El personaje se irá acercando poco a poco a nosotros, desde
su monotonía y pobreza. Antes dijo “un hidalgo” ahora “nuestro hidalgo” El
posesivo, al ser la primera persona del plural, enlaza al narrador, que compromete en el retrato, con lector.
En el siglo XVII la esperanza de vida eran
los treinta años, nuestro hidalgo era viejo, y pobre. Triste realidad y nueva
oposición con los héroes de las novelas de caballerías, siempre, jóvenes,
hermosos, y fuertes. Cuando se llega a viejo, la tendencia es recordar, o dejar
trascurrir los años sin cambios. Aquí ya se comienza a esbozar la valentía del
hidalgo que elije sus últimos años para romper con un mundo heredado e ingresar
en el mundo deseado. Una nueva forma de heroicidad.
“Era de complexión recia, seco de carnes,
enjuto de rostro,” Continúa con el retrato que inmortalizarán pintores,
escultores. Los contadores de historias que sin haber leído la obra, lo
hicieron parte de su tradición. Ese Quijote que camina sin libro, en el
recuerdo que se perpetúa de generación en generación.
Cervantes le da fuerza, “complexión recia”
para que soporte los rigores de sus aventuras pero le quita el estereotipo
heroico al presentarlo “seco de carnes” Significaría flacura pero también la
sequedad de un cuerpo que no ha conocido otra cosa que una “olla de algo más vaca…” y un “vellorí de lo más fino”
“…gran madrugador y amigo de la caza” Pasa
de lo físico a lo sicológico. Ya nos habíamos hecho a la idea de un viejo
abatido por la rutina, la pobreza, pero no, queda en él, el espíritu de la
aventura. Esperar el día siguiente con esperanza de cambio y la emoción de la
caza que no puede prevenir el arribo de
la presa.
“Quieren decir, que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada,
que en esto hay alguna diferencia en los autores que de este caso escriben,
aunque por conjeturas verosímiles se deja a entender que se llamaba Quijana... parece
ahora la multiplicidad de narradores a través de la imprecisión de los nombres.
Sigue la oposición a las novelas de caballería que lo destacaban
Pero se ingresa a otra línea temática también en forma
escurridiza. Ya en el Prólogo había mencionado “…el alivio tuyo en hallar tan
sincera y tan sin revueltas, la historia del famosos don Quijote de la Mancha,
de quien hay opinión, por todos lo habitantes del distrito de Montiel, que fue
el casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte
se vio en estos contornos.”
La
novela no es solo realista en todo lo que se ha presentado, sino que quiere
aparecer como narración de un suceso ocurrido es decir histórica.
El
“quieren decir” sería el rumor que escuchó el narrador, la historia que caminó
en diferentes lugares. La pluralidad de
nombres se justifica, muchos hablan, muchos opinan, los nombres se distorsionan
en la medida que llegan de distintas fuentes.
A nuestro narrador no le importa cuáles
sean los nombres manejados y menos buscar el “auténtico” sino los hechos que
cuentan en la Mancha, la historia, “que no se salga un punto de la verdad”.
Están dados aquí los cimientos de la
novela realista. Como dice el prof Alfredo de la Peña el autor
logra “meter el mundo en su novela”. “Armado con la parodia sale
Cervantes a desbaratar y acabar con los
libros de caballerías, armado de una falsa celada sale su personaje a deshacer
agravios y enderezar entuertos”.
Pasos a la locura “Es pues de saber…”
Parte II
Entramos en el proceso de hidalgo a
caballero andante, lo que la crítica ha llamado también, pasos a la locura. El
narrador va enlazando los momentos de la estructura interna con elementos
coloquiales. Recurso de la novela realista, acabado un tema de la
conversación ingresamos a otro que la continúa, tomando otra ruta. El personaje comienza a
actuar, a tomar decisiones, es decir empieza propiamente la narración: “Es pues
de saber que este sobredicho hidalgo.”
Es interesante como “de un hidalgo de
los…” “…nuestro hidalgo…” ahora es “sobredicho” mantiene el silencio del nombre
y lo alude de la misma forma que al comienzo solo que cambiando los
calificativos. “…los ratos que estaba ocioso- que eran los más del año,…” Rato,
implica un período de tiempo relativamente corto, dentro de otro más extenso, mañana, tarde, o noche en el del día. Se da
una desproporción voluntaria, “del año”,
para fundamentar la ironía. Estaba ocioso sin hacer nada casi todo el
año. Acá vuelve, la monotonía y el aburrimiento consiguiente que nos va a
llevar al segundo tema, las novelas de caballerías. “Se daba a leer libros de
caballerías, con tanta afición y gusto…”
Ya en el Prólogo había manifestado que son más los que alaban al género
que los que lo repudian. En esta obra casi todos los personajes son lectores u
oyentes de estas historias. Lo que se presentó como una simple parodia toma
perfiles más complejos y debemos ir con cuidado. La justificación de la lectura
del hidalgo es clara, dentro de su vida gris, las novelas prestan un mundo impregnado
de aventuras donde todo es posible y los caballeros salen de ellas, airosos y
llenos de gloria. La afición nace de
vida ficticia de la narración, prestada,
pero apropiada.
El gusto es el placer de sumergirse en un
mundo donde no hay que preocuparse de la comida, la ropa, o lo que rinda la
hacienda. Un mundo sin miseria, hambre, frío, donde pese a los peligros y
heridas se sale lleno de gloria. Aquí solapado dentro de su afición y gusto
surge el primer desatino del personaje, salirse de sí mismo, dejar de ser para
nacer, luego del proceso, de otra manera. Se va perfilando el primer paso a la
locura
El narrador lo había presentado “… gran
madrugador y amigo de la caza” pero “…olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza…” Renuncia a
su momento variable del día, su único pasatiempo activo, por la pasividad de la
lectura que sin esfuerzo alguno, lo llevaba a situaciones mucho más
emocionantes, que ver si viene una presa o no. Hasta este instante estamos
dentro de lo permisible, no abandona sus obligaciones de hidalgo. Pero
“…olvidó…la administración de su hacienda” aquí comienza el primer desliz. Si
estaba casi todo el año ocioso como explicó antes, hacía muy poco y ahora nada.
Además la hacienda apenas le alcanzaba para vivir muy precariamente, si la
descuida menos provecho obtendrá de ella.
“Y llegó a
tanto su curiosidad y desatino en esto…” Los límites se cruzan, ya la lectura
no se toma como tal, leer para salir de la mediocridad sino que se incorpora a
su mundo, curiosidad, querer saber más y más y se transforma en desatino. Tener
tino es actuar acorde a las normas, desatino es lo opuesto como “… vender muchas fanegas de tierra de
sembradura para comprar libros de caballerías en que leer,” Se empobrece más
aún por comprar libros, importa solo la temática, no el autor o la calidad. Quiere
solo leer, por eso compró todos “los que pudo haber de ellos”
Demuestra como se va despegando de su realidad e ingresa en la realidad caballeresca. Vende
tierra fértil para comprar libros que le van a “secar el celebro”. La antítesis unida a la
ironía es clara.
Al deseo de
evasión del personaje, se suma la parodia del narrador y comienza la crítica,
primero al estilo, luego al contenido. Cita a Feliciano de Silva autor de
varias continuaciones de Amadís de Gaula entre1514 a1532 “porque la claridad de
su prosa y aquellas intricadas razones suyas le parecían de perlas.” Sigue con
la ironía porque lo más ajeno a esa prosa es la claridad, más si la unimos a
intricadas. La imagen “de perlas” muestra como se va perdiendo de la realidad
el personaje. La perla es esférica, dando sensación de perfección, aparte su
nacarado la une al blanco, lo claro, lo que cita, es lo opuesto.
“… y más cuando
llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafío…” Requiebros son las
quejas del enamorado caballero a su dama, o la confesión de su amor. Cartas de
desafío son aquellas que se mandaba a un caballero para plantear, los términos
y características de la lucha. Imaginemos la emoción del hidalgo, al vislumbrar
la situación amorosa o la posible lucha con otro caballero, Eso justifica el “y
más…” de que se vale Cervantes. Que ahora se ríe abiertamente con la cita: “ La
razón de la sinrazón… fermosura” el arcaísmo es una de las características del
estilo de las novelas como ya se mencionó La segunda cita viene a afirmar la asiduidad
de la reiteración innecesaria y vacua de sentido: “Los altos cielos …grandeza”
Y la conclusión
del narrador aparece precisa, justa, usando la palabra reiterada, tantas veces,
por de Silva, implica el segundo paso, a la locura, con
tanta “razón”, perdía la razón: “Con estas razones perdía el pobre caballero el
juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido…”Dentro de la
parodia que siempre encubre los significados y llama a la risa, Cervantes hace
que el narrador nombre al personaje de otra forma. EL “sobredicho hidalgo” ahora es “el pobre caballero”. Es un paso
fundamental para la comprensión de la intención del autor frente a su
“hijastro” como un padre, antes de recibir el pedido, le concede la caballería,
escala superior a la suya dentro de la nobleza y habilita el “don” que usará cuando se autonombre
”don Quijote de la Mancha” Mientras el
lector se ríe del afán de entender lo incomprensible, buscar en la profundidad de su esencia lo que no aparece
en superficie, instala por primera vez en la novela, el sueño del hidalgo. Es el
juego de apariencia y realidad tan
trabajado por otro clásico, Shakespeare, contemporáneo de Cervantes.
Mercucio-… ¡Dadme un estuche para poner mi rostro!
¡Una careta para otra careta! Romeo y Julieta Acto I escena IV.
El hidalgo era
la careta que le dio la sociedad española al personaje, él elije, la de
caballero andante, desfasado en el tiempo, pero con promesas de aventuras, fama y llevar
la justicia al mundo. Cervantes conocedor por experiencia propia, de los
desencantos que encierra luchar por gloria y justicia, le compadece: ”pobre”
“… que no se las sacara ni las entendiera ni el
mismo Aristóteles si resucitara solo para ello”
Ni el filosofo famoso desde la antigüedad griega lograría tal hazaña
aunque volviera a la vida solo para intentarlo.
Pasamos a la
parodia de los contenidos. “No estaba bien con las heridas…” Aparece falta de lógica que ante tantas luchas, don
Belianís, no tuviera cicatrices y señales. Entiende que sobreviva a los
enfrentamientos, porque grandes médicos le curan, pero sabe por experiencia,
que cada herida de esa magnitud debe dejar huella. Pese a esto: “alababa en su
autor acabar el libro con la promesa de aquella inacabable aventura.” Cervantes
respetuoso de las reglas clásicas de composición, critica, terminar un libro
sin darle fin. Tampoco a pesar de alabarlo lo convence al personaje y aquí
vendría en su auxilio, la pluma. Volverse escritor de novelas de caballerías.
Así quedaría dentro de la hidalguía y entraría en la emoción de crear un mundo.
Pero por qué escribir si se puede vivir
Tentación de la pluma, cede paso al afán de ser
partícipe de ese mundo.
También Cervantes sintió el deseo de dirigir su pluma
hacia ese rumbo, según algún crítico,
que manifestó que escribió la mejor
novela de este género.
“… y muchas veces le vino deseo de tomar la
pluma y dadle fin al pie de la letra,
como allí se promete, y sin duda alguna lo hiciera…”
El narrador
presenta en el proceso sicológico, que sigue el hidalgo, varios momentos de
duda: “muchas veces” Cincuenta años, dominado, por la rutina, la sociedad, no
se quitan fácilmente del medio. Quizás haya otra salida, escribir aventuras: “y
sin duda lo hiciera, y aún saliera con ello…”. Se le reconoce la capacidad de
salir airoso como escritor. Quizás implique otra crítica a dichas novelas,
cualquiera puede escribirlas.
· Pero “el pobre caballero” es un buen lector, de
esos que se integran al mundo narrado. Y
una vez que se ha gustado la aventura tan plenamente, después de una vida de hastío,
vienen a estorbar la escritura: “… otros mayores y continuos pensamientos…” Si elige la pluma, crearía aventuras pero
seguiría limitado por su olla de algo más vaca que carnero y su vellorí. Pero
sus pensamientos se encaminan a la acción y no a la recreación.
Después de este titubeo, el narrador abre un espacio
para posicionar al hidalgo y las novelas
que lee, creando dos nuevos personajes: el cura y el barbero. Estos vienen de
la mano de las novelas, se relacionan con el hidalgo por este tema.
Demuestra
Cervantes, lo que después será una constante en la obra, que la mayoría de los
personajes de esta, han leído o tienen conocimiento sobre novelas de
caballerías.
“Tuvo muchas veces competencia con el cura de su
lugar….” Sigue la imprecisión de nombre y del lugar que ahora aparece junto
al posesivo. Todo pueblo tiene un cura.
España fue la abanderada de la Contrarreforma, no hay poblado sin iglesia o
capilla.
El tema tratado entre el cura y el hidalgo es uno
solo: las novelas de caballería. Discuten sobre los caballeros andantes como si
hubieran existido y no fueran entes ficticios: “… sobre cual había
sido mejor caballero: Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula…” Mayor es el
compromiso porque no coinciden en cuál es el mejor y en la controversia viene a
la obra el barbero “… más maese Nicolás, barbero del mismo pueblo, decía que
ninguno llegaba la caballero del Febo…”Los tres tienen su favorito acorde a su
forma de ser.
En cuanto a la creación del cura y el barbero es
diferente técnica, aunque los dos llegan a la novela por su oficio. Al cura lo
presenta mediante una aclaración “ – que era hombre docto, graduado en Cigúenza-“
Primero lo presenta por su doctorado, que habla de su cultura, pero luego lo
limita al citar la Universidad donde se obtuvo, de poco prestigio.
Al barbero como
“maese” Según la nota de la Edición de
La Real Academia, tratamiento que se daba a los barberos que realizaban
pequeñas curas médicas.
Tres personajes
entusiasmados en las novelas de caballería, cada uno en su mundo, dos tienen
vocación u oficio, el tercero se ahoga en su hacienda.
“En resolución,
él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de
claro en claro, y los días de turbio en turbio…”
Hasta el
momento anterior, había hechos que no comprendía del mundo de
las novelas, como la ausencia de cicatrices de Belianís o el poner fin a la
novela con la promesa de “aquella inacabable aventura”. Sus discusiones con los
nuevos personajes muestran que su discernimiento mantiene ciertos límites con
la cordura.
Ahora el
narrador va a dar el salto que lo separe de su mundo cotidiano. La expresión
“en resolución” muestra la ruptura de ese mundo. No olvidemos que Cervantes es
quien maneja a este narrador y cada palabra es importante. Vamos al significado
de “resolución” Acción o efecto de resolver,
o valor, o actividad. Los tres se
aplican al texto El personaje se resuelve
por los continuos pensamientos que estorbaban la posible escritura. Su decisión requiere de valor al
marcar la ruptura con su vida de simple hidalgo y su
actividad se va a centrar solo en la lectura.
La descripción a través de la imagen “…él se
enfrasco” da el aislamiento, se metió en el “frasco” del mundo caballeresco a
través de la lectura. Ese aislamiento lo lleva a la pérdida de la noción de
tiempo y “pasaba las noches leyendo de
claro en claro, y los días de turbio en turbio” el juego de antítesis nos da la
humanidad del personaje. En las noches, en lugar de dormir siguiendo la natural
costumbre, lee. Pero como está oscuro necesita la lámpara “claro” Se da la
oposición en la oscuridad normal de la noche y la claridad de la lámpara.
También el transcurrir del tiempo lee desde la puesta del sol hasta el amanecer
cuando vuelve la luz natural. Como no durmió pasa, semidormido, el día, la
vista turbia por el sueño.
“Y así del poco
dormir y del mucho leer se le secó el celebro de manera que vino a perder el
juicio.” Por carencia y exceso
enloquece. No es héroe es un simple hidalgo si no duerme y lee de
continuo, excede su naturaleza humana. El cerebro aparece como símbolo de
pensamiento, inteligencia, cordura. Como una planta a la que se rompe su ciclo
natural se seca, muere, él pierde el
juicio. Es la primera vez que el narrador, habla de locura, antes mencionó desatino,
apasionamiento por las novelas, ahora en una frase simple, en su imagen y aseveración instala la locura
en la novela.
“El hombre es tan necesariamente loco que ser
loco es ser loco por otra especie de locura” Pascal
Bajo esta
óptica tenemos que analizarla en la novela, lo irracional racional, locura
cordura, están en cada uno de nosotros seamos o no conscientes de ello.
Como se le secó
el celebro el espacio que este ocupaba se llenó de la fantasía del mundo
novelesco. “… así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos,
heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles…” La enumeración
va uniendo elementos de distinta entidad para mostrar la incapacidad del pobre
caballero de discernir. Da la sensación de la celeridad con que se van
asentando en su cabeza, uno tras otro y el remate “disparates imposibles” nos
muestra la inserción del juicio directo del narrador y con él, la crítica de Cervantes
a las novelas de caballería por su falta de realidad. El pleonasmo lo resalta,
el disparate es de por sí imposible.
“… y asentósele
de tal modo que era verdad toda
aquella máquina de aquellas soñadas invenciones…” Primero llenaron su cerebro
como un remolino, luego se asentaron, es decir se afianzaron. La metáfora afirma una máquina de soñadas invenciones.
Luego confronta
un héroe, el Cid Rui Díaz, personaje histórico que dio
lugar, al primer poema en lengua romance
de Castilla “El cantar del Mío Cid” con un personaje de las novelas, el
Caballero de la Ardiente Espada. El Cid luchó contra los moros en la
Reconquista, Amadís, Caballero de la Ardiente Espada con dos fieros gigantes.
La historia es de los hombres que la forjan, la fantasía es lo que los hombres
imaginan. La última no tiene límites La historia recoge hazañas, la imaginación
desborda las mismas por lo ilimitado de su territorio.
Nombra varios
ejemplos para llegar a la culminación del proceso.
“En efecto,
rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio
loco en el mundo” El narrador vuelve a tomar parte para mostrar el efecto que
hacía en el personaje dar veracidad a disparates, soñadas invenciones.
Manifiesta la pérdida total de la cordura a través de la expresión “rematado”
con dos de sus posibles significados.
Dar fin o remate a algo. Finaliza el proceso de los pasos a la locura, el
camino del hidalgo al caballero andante. O dar la muerte definitiva. Lo que
muere es el juicio, el razonamiento del personaje. El adverbio de tiempo “ya”
marca la inmediatez del proceso. Pero volvemos a lo dicho antes, la locura
del personaje es uno de los temas más
complejos de la novela. Observemos la técnica del narrador “… vino a dar en el
más extraño pensamiento…” Si al pensar razonamos, estructurando el pensamiento
por el lenguaje, cómo puede llamarse
loco a quién piensa. Extraño, sí, pero pensamiento al fin. Luego la separación
de la locura corriente: “…jamás dio loco en el mundo…”. Locura extraña, limitada y exclusiva, del ser
del personaje.
A partir de
ahora se desarrolla el pensamiento “Y fue que le pareció convenible y necesario,
así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse
caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las
aventuras…” Ahora el narrador pasa a expresar los motivos de su decisión y detrás de ellos llega a la antítesis de la vida que describió hasta ahora. La
rutina, la necesidad ceden paso a la aventura
y facilidad, en el logro de la
misma. Lo considera “convenible y necesario” una vez entrevista la salida, la
conveniencia y la necesidad se suman. El aumento de su honra le borraría el anonimato. Sería conocido como los
caballeros que ve en su mundo de fantasía. El servicio a su república, como
motivo es más complejo de explicar. Es evidente que no alude a república como forma de organizar el gobierno
de un estado, ya que el del personaje y autor es monárquico. Quizás nos ayude
la etimología y aluda a “res,” cosa pública, lo significaría otra forma de
salir de su claustro al mundo. Además este motivo prácticamente no vuelve a
aparecer en la novela.
“…hacerse
caballero…” no lo es ni lo será tiene que hacerse primero, luego
creerse, la duda va a perseguirlo casi siempre.
Se diluye en el
recibimiento de los duques, Segunda parte 1615 “…y aquel fue el primer día que
de todo en todo conoció y creyó ser
caballero andante verdadero y no fantástico…”
“…Irse por todo
el mundo…” , debe, para ser
caballero, dejar el lugar donde le conocen e irse a lugares nuevos, para ser, debe tener un segundo nacimiento, lejos.
Entonces aspira encontrar las aventuras anheladas usando la experiencia de lo
leído en las novelas de caballería. Surge por primera vez el ideal junto a la
aventura: imponer justicia “…deshaciendo todo género de agravios…” La facilidad
de su mundo caballeresco, le hacen, aún antes de salir, sentir el sabor de la
fama” Poner al vuelo su imaginación: “…Imaginábase el pobre ya coronado del imperio de
Trapisonda” Si Reinaldos lo logró, él
también. El narrador y detrás de él, Cervantes, que vio deshacerse tantos
sueños heroicos, compadecen al hidalgo y al crudo choque con la realidad que le
espera. El imperio de Trebisonda o
Trapisonda surge de la fábula de la
novela de Reinaldos. El recién hecho caballero sueña con lograrlo porque ese es
ahora su mundo. El narrador juega con el nombre
y sugiere al lector que este caballero andante recién, hecho solo
lograría un imperio de trapo.
ARREGLO DE LAS ARMAS.
ROCINANTE.
AUTONOMINACIÓN COMO CABALLERO
ROCINANTE.
AUTONOMINACIÓN COMO CABALLERO
La decisión ya está tomada, el gusto por el mundo caballeresco lo empuja hacia su deseo. Se piensa y se hace a sí mismo, caballero. Está ahora en el límite hidalgo-caballero, o sea en nada. Quiere salir y concretar el sueño.
De la pasividad de la lectura pasa a la acción, proveerse de lo necesario. Las armas, son la necesidad primaria. No puede ir a una armería, por dos razones, no tiene dinero y la más importante no quiere hacer pública su decisión, teme que se la estorben. Soluciona con lo que tiene: “Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos…” Va a las armas de sus antepasados, (las que justifican la hidalguía que heredó), pero estas no vienen de los caballeros andantes, sino de la historia de su familia y país, tres generaciones antes. Las “limpia” de esas luchas para validarlas en su nuevo mundo caballeresco. El tiempo ha dejado sus marcas y el narrador las señala en el “orín” y el “moho”, el orín es el óxido que se forma sobre el hierro cuando este no se cuida, están “tomadas” es decir que el metal se ha debilitado por falta de cuidado. El moho reafirma el concepto. “… luengos siglos…” La hipérbole “luengos” proyecta la omisión y la visión de un tiempo sicológico. El tiempo se evalúa en medidas. No hay siglos largos o cortos, lo parecen en la percepción síquica. Los vocablos unidos también sugieren el proceso “puestas y olvidadas” Ya no tienen espacio propio, solo las dejan en un rincón. Con el pasar de los días, años, son olvidadas. La necesidad del hidalgo por armarse las vuelve a la vida. “Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo”. Puso todo su esfuerzo pero no logró devolverles la apariencia primera. No se detiene por ello porque… “vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje sino morrión simple.”
De la pasividad de la lectura pasa a la acción, proveerse de lo necesario. Las armas, son la necesidad primaria. No puede ir a una armería, por dos razones, no tiene dinero y la más importante no quiere hacer pública su decisión, teme que se la estorben. Soluciona con lo que tiene: “Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos…” Va a las armas de sus antepasados, (las que justifican la hidalguía que heredó), pero estas no vienen de los caballeros andantes, sino de la historia de su familia y país, tres generaciones antes. Las “limpia” de esas luchas para validarlas en su nuevo mundo caballeresco. El tiempo ha dejado sus marcas y el narrador las señala en el “orín” y el “moho”, el orín es el óxido que se forma sobre el hierro cuando este no se cuida, están “tomadas” es decir que el metal se ha debilitado por falta de cuidado. El moho reafirma el concepto. “… luengos siglos…” La hipérbole “luengos” proyecta la omisión y la visión de un tiempo sicológico. El tiempo se evalúa en medidas. No hay siglos largos o cortos, lo parecen en la percepción síquica. Los vocablos unidos también sugieren el proceso “puestas y olvidadas” Ya no tienen espacio propio, solo las dejan en un rincón. Con el pasar de los días, años, son olvidadas. La necesidad del hidalgo por armarse las vuelve a la vida. “Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo”. Puso todo su esfuerzo pero no logró devolverles la apariencia primera. No se detiene por ello porque… “vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje sino morrión simple.”
Celada : casco que cubría la cabeza, la nuca y, si llevaba visera, también la cara; era de encaje cuando mediante una especie de falda, podía encajarse directamente sobre la coraza. Morrión simple: casco sencillo propio de arcabuceros. (Nota extraída de la versión 2005 RAE)
La gran falta es que no se conoce caballero andante con un simple morrión. Como se hizo él, de la lectura, va a superar el problema, haciendo también su armadura. Ahora no es el papel del libro, es cartón, elemento maleable y a su alcance. “Es verdad que…” En narrador insiste en la veracidad de lo que cuenta porque en esos juegos de claros y turbios, demuestra, como hizo antes, el razonamiento dentro de la locura. “…para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada…” Se trabaja el Pretérito. Imperfecto para definir la fuerza y el Condicional para el golpe, ilustrando así que no está seguro por completo de la firmeza de su “industria”
“… sacó su espada y le dio dos golpes…” la prueba debe ser breve porque está ansioso por salir, pero pese a los dos golpes pensados bastó con el primero, “… y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana…”
El punto, como en J. Manrique,(copla II Coplas por la muerte de su padre), es la imagen, que define el instante.
Se opone la facilidad y prontitud a su esfuerzo de una semana. El contraste temporal es evidente “…y no dejó de parecerle mal…”. Pero el anhelo de salir armado caballero lo lleva a intentarlo nuevamente, solo hay un cambio “unas barras de hierro” El narrador vuelve al juego locura-cordura sembrando en el lector, la duda. “ … y sin querer hacer nueva experiencia de ella….y tuvo por celada finísima de encaje” Se dice satisfecho de su fortaleza pero no la prueba, Con la “experiencia” anterior bastó. Nos preguntamos dónde está su “locura”.Si estuviera realmente loco la probaría. Surge también un nuevo elemento en la novela: la doble mirada, narrador y personaje ven la realidad según su conveniencia. Para el narrador es una celada de cartón. Para el personaje “finísima de encaje”. Cervantes vuelve a jugar con la duplicidad del concepto, fino: a)grosor, b) buena calidad.
El punto, como en J. Manrique,(copla II Coplas por la muerte de su padre), es la imagen, que define el instante.
Se opone la facilidad y prontitud a su esfuerzo de una semana. El contraste temporal es evidente “…y no dejó de parecerle mal…”. Pero el anhelo de salir armado caballero lo lleva a intentarlo nuevamente, solo hay un cambio “unas barras de hierro” El narrador vuelve al juego locura-cordura sembrando en el lector, la duda. “ … y sin querer hacer nueva experiencia de ella….y tuvo por celada finísima de encaje” Se dice satisfecho de su fortaleza pero no la prueba, Con la “experiencia” anterior bastó. Nos preguntamos dónde está su “locura”.Si estuviera realmente loco la probaría. Surge también un nuevo elemento en la novela: la doble mirada, narrador y personaje ven la realidad según su conveniencia. Para el narrador es una celada de cartón. Para el personaje “finísima de encaje”. Cervantes vuelve a jugar con la duplicidad del concepto, fino: a)grosor, b) buena calidad.
Resuelto el tema de las armas va al caballo. No lo busca, lo mira “Fue luego a ver a su rocín…” Es el rocín flaco de la primera parte del capitulo, a diferencia de las armas, ya formaba parte de la vida cotidiana de la hacienda. Ahora, va a ser caballo de caballero andante, debe verse de otra manera, y así lo hace. Pone como comparativo, dos caballos de héroes como Alejandro o el Cid, personajes de la historia no de la ficción caballeresca.
Tiene que contrastar la mirada previa del narrador: “y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit”. Cuartos, se toma, como es típico en Cervantes, bajo triple acepción, enfermedad de los caballos, moneda de poco valor, la zona musculosa sobre las patas. Las tres se suman para evaluar la calidad del caballo. En la parte más necesaria para su cometido sus músculos están tan finos como el perfil de una moneda. Como dice la cita en latín piel y huesos. Volvemos al concepto primario, es un rocín flaco. Se agregan las tachas, manchas, defectos que carga y se lo compara al caballo de Gonela, bufón famoso de la corte de Ferrara. La sonrisa condescendiente de Cervantes, frente al narrador, que le da a Rocinante la calidad de ser caballo de un bufón. El caballero antes de salir ya lleva la burla en su cabalgadura. El amo, seco de carnes, el caballo, piel y huesos, van a salir a imponer justicia y honor al mundo.
Tiene que contrastar la mirada previa del narrador: “y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossa fuit”. Cuartos, se toma, como es típico en Cervantes, bajo triple acepción, enfermedad de los caballos, moneda de poco valor, la zona musculosa sobre las patas. Las tres se suman para evaluar la calidad del caballo. En la parte más necesaria para su cometido sus músculos están tan finos como el perfil de una moneda. Como dice la cita en latín piel y huesos. Volvemos al concepto primario, es un rocín flaco. Se agregan las tachas, manchas, defectos que carga y se lo compara al caballo de Gonela, bufón famoso de la corte de Ferrara. La sonrisa condescendiente de Cervantes, frente al narrador, que le da a Rocinante la calidad de ser caballo de un bufón. El caballero antes de salir ya lleva la burla en su cabalgadura. El amo, seco de carnes, el caballo, piel y huesos, van a salir a imponer justicia y honor al mundo.
“Cuatro días…” el tiempo ya está pautado en períodos, “una semana”, “cuatro días,” porque el personaje no quiere demorar su salida. Para que deje de ser “rocín flaco” sin dejar de serlo, porque el personaje siempre basa su mirada en la realidad, la que él ve, hay que ponerle nombre. “no era razón que caballo de caballero tan famoso y tan bueno él por si…” En su sueño ya se ve proyectado a la fama, por lo tanto su caballo tiene que estar a su altura. “… y así procuraba acomodársele de manera que declarase quien había sido antes, que fuese de caballero andante y lo que era entonces…” siempre la base de la proyección a la gloria, mantener lo que fue, para enaltecer lo que es. El nombre debe ser “famoso y de estruendo” para que ratificara la fama y por su sonoridad no se olvidara. Viene luego la enumeración de verbos para dar el proceso mental del personaje, los cuatro días de la búsqueda, hasta que llegó a Rocinante. Se agrega a la fama y sonoridad, el significado: “…alto, sonoro, y significativo” El ante en su doble significado de anterior y excelencia. Antes fue rocín y ahora era “antes y primero de todos los rocines del mundo.
" Puesto nombre y tan a su gusto a su caballo quiso ponérsele a sí mismo, y con este pensamiento duró otros días..." Seguimos el camino hacia el caballero ahora con la autonominación.
El nombre ha sido en las culturas antiguas, por ejemplo, en la hebrea, significativo del ser. Baste recordar el significado de Rut , "la amiga"y el libro de Rut en el Antiguo Testamento(Biblia de Jerusalén) donde la moabita conmueve por su amistad y entrega.
El hidalgo debe buscar un nombre que lo transforme, que sea la vía a la caballería andante, pero que mantenga su ser anterior. El narrador maneja los tiempos, si el nombre del caballo llevó cuatro días, el del caballero el doble. "...y al cabo se vino a llamar don Quijote..." El "don", que Teresa Panza criticará más adelante, no le correspondía como hidalgo. Pero la facilidad del mundo caballeresco en el que ha ingresado, le permite el ascenso en el orden social.
Las notas de la edición de la RAE explican: El nombre del protagonista es el de una pieza de la armadura, el quijote,....que cubría el muslo por otro lado, recuerda al Lanzarote de las novelas artúricas y se sirve de una terminación que en español suele limitarse a términos ridículos o jocosos.Así don Quijote sonaba en la época como una distorsión cómica del ideal caballeresco."
Cervantes aporta a su narrador, trabajar con multiplicidad de significados, adherimos a los expuestos, pero nos inclinamos a la significación que nos guía la novela"de donde como queda dicho, tomaron ocasión los autores de esta tan verdadera historia que sin duda se debía llamar Quijada y no Quesada como otros quisieron decir." No olvidemos la ruta que siguió el personaje con el nombre de Rocinante, alto sonoro y significativo, de lo que había sido, y la aseveración de que debía ser, Quijada, nos llevaría a tomar la raíz del nombre Quij y la terminación sería ote que también es un sufijo aumentativo.
"Pero acordándose que el valeroso Amadís....añadió el nombre de su reino y patria". El modelo a seguir, esbozado en las conversaciones con el cura empieza a afirmarse en la novela. su mundo caballeresco se alimentará de la imitación del caballero de la ardiente espada . "Así quiso, como buen caballero añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse "don Quijote de la Mancha"
CREACIÓN DE DULCINEA
"Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo,se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse,"
Entramos en el terreno más resbaladizo de las necesidades del caballero: la dama. El narrador realiza una enumeración de los pasos anteriores, separando el último. Hasta el momento le bastaron sus manos, para limpieza y fabricación de las armas, su mirada, para transformar el caballo, el nombre para confirmarse a sí mismo.
La nota de la edición de la RAE expresa: "el ser armado caballero se entendía como análogo al sacramento de la confirmación, momento que se puede cambiar de nombre"
Pero el paso siguiente implica por primera vez, la búsqueda fuera de su hacienda. No es un objeto, es un ser al que amar en forma incondicional como dictaban las normas de la caballería. Significa llamar a su corazón, viejo y gastado por la rutina, a latir por alguien, para su nuevo ser, un alma. No es fácil pero es imprescindible "porque caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin frutos y cuerpo sin alma" la comparación es por sí misma elocuente. La vida y esencia de la caballería que emprende el personaje, es la dama.
El narrador debe ser muy cuidadoso y Cervantes lo encamina con la habilidad de siempre, porque la base de la novela son las aventuras del caballero y dedicarlas a su dama.
Salvador de Madariaga en su obra,(ya citada en el análisis) habla del mito de Dulcinea.
La segunda acepción de mito, del diccionario de la RAE: es historia ficticia o personaje literario que condensa alguna realidad humana de significación universal".
El crítico hablando del valor que don Quijote concede a Dulcinea dice: " es la encarnación de todos aquellos valores (como diríamos hoy) a los que puede y debe sacrificarse un caballero. Dulcinea es, en una palabra la Gloria"
Es complejo también llegar al sentido que quiso darle Cervantes. Primero Dulcinea no es personaje de la novela, para serlo, tendría que llevar la acción narrada, y no aparece en ningún momento, ni en palabras ni en hechos.
Sin embargo, toda la novela se mantiene mientras don Quijote crea en ella , y todo cuanto hace es en su nombre.
No vive en la novela, vive en un personaje de esta, es un ente dentro de este. Late en su interior con la misma firmeza y eterna duda que se armó caballero.
Complejo es también el proceder del narrador: primero instala la proyección del personaje al mundo caballeresco, mediante el diálogo, luego su entusiasmo al imaginar la aventura, usando una serie de oraciones disyuntivas, después eleva a la dama a "dulce señora", por último instala el humor mediante el nombre y discurso del gigante. Cuando don Quijote se alegra de su capacidad para elaborar un discurso propio de las novelas de caballería, en forma solapada y sembrando dudas, instala la base real de Dulcinea. No olvidemos que el caballero no imagina, cambia realidades, acomodándolas a sus deseos.
Habla consigo mismo "- Si yo por mis pecados o por mi buena suerte.."La disyuntiva terminará en el encuentro con el gigante. La primera opción habla de este como castigo, la segunda, como suerte. El personaje dentro del mundo caballeresco tiene tanto donde acudir, que no se define. Sí, al objetivo, encaminarse a una de las mayores victorias, derribar un gigante. Amadís derribó a dos, es habitual " como de ordinario les acontece a los caballeros.."
Imaginando la aventura, no se decide cómo va a ser el encuentro: derribarlo o partirlo por la mitad, lo que sí, afirma, es el resultado "le ve venzo y le rindo"
De qué sirven las victorias si no tiene a quien "enviarle presentarlo" Así recreando la escena del gigante vencido, hincado, vemos la primera mención de Dulcinea "mi dulce señora" Ya no es una necesidad "dama de quien enamorarse" es dulce señora de su alma.
Ahora que nos vamos acercando, Cervantes, cuida de velar, la entrada de esta, mediante la burla. El nombre del gigante también es significativo, como el del caballo y caballero, "Caraculiambro, señor de la ínsula de Malindrania" aludiría a cara de ...
El entusiasmo y el gusto que le da imaginar la aventura lo lleva a proyectar su fama hasta lo ilimitado " el jamás como se debe alabado" Remeda el lenguaje arcaico de las novelas (que el autor criticó al comienzo del capítulo) "ínsula" " el jamás como se debe" " vuestra merced para que vuestra grandeza disponga de mí a su talante" Aquí aparece también la sintaxis.
"¡Oh cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso..." Ya comienza a participar en el mundo caballeresco dominando su lenguaje. "... y más cuando halló a quien dar nombre a su dama!" La doble alegría del personaje se une a la risa del lector por el discurso y nombre del gigante. El narrador encubre la base real de Dulcinea.
"Y fue, a lo que se cree,..." Plantea la duda, dentro de su omnisciencia, no se pronuncia.
"... que en un lugar cerca del suyo..." No podía ser de otra forma, el mundo del personaje era limitado.
"... había una moza labradora de buen parecer" el mundo que rodea la hacienda es de labradores, aldeanos. Cervantes no le otorga la hidalguía que la hiciera par del personaje. No es noble pero le otorga la belleza, esencial para la dama de caballero andante.
"... de quien él un tiempo anduvo enamorado" el hidalgo acude con sus sentimientos para facilitar al caballero, como lo hizo con todo lo anterior. La belleza de la labradora despertó su amor pero "según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata de ello" Aparece otro rasgo del personaje, el recato, la timidez. Sus sentimientos se quedaron en su interior sin manifestarse abiertamente.
Ahora el narrador nos da con seguridad, el nombre: Aldonza Lorenzo y también define el origen de Dulcinea :"... le pareció bien darle título de señora de sus pensamientos.
Pero el personaje debe ascenderla para que ingrese al mundo caballeresco y lo hará con el nombre " que no desdijese mucho del suyo..."
La cita de la Edición de RAE explica :" En la actual provincia de Toledo, Aldonza y Dulcinea eran nombres de mujer que se relacionaban entre sí".
Los dos sugieren dulzura. Como él creció con el "don" a la dama le da un nombre que " tirase y se encaminarse al de princesa y gran señora..." Desde el nacimiento de la "dama " en su interior hasta el encuentro con la misma, en la figura de Aldonza, ha crecido. Se encamina a la alta nobleza, princesa. Más adelante la llamará "emperatriz de la Mancha"
El caballero tiene su dama a quien brindar sus victorias cuando salga al mundo y Cervantes ha instalado en la novela, sin que el lector se sorprenda, a una dama, que no aparecerá pero regirá el destino de aquel.
"... vino a llamarla "Dulcinea del Toboso porque era natural del Toboso" eso parte del mundo del hidalgo y el autor lo destaca como certero. "... nombre a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y sus cosas había puesto"
El nombre ha sido en las culturas antiguas, por ejemplo, en la hebrea, significativo del ser. Baste recordar el significado de Rut , "la amiga"y el libro de Rut en el Antiguo Testamento(Biblia de Jerusalén) donde la moabita conmueve por su amistad y entrega.
El hidalgo debe buscar un nombre que lo transforme, que sea la vía a la caballería andante, pero que mantenga su ser anterior. El narrador maneja los tiempos, si el nombre del caballo llevó cuatro días, el del caballero el doble. "...y al cabo se vino a llamar don Quijote..." El "don", que Teresa Panza criticará más adelante, no le correspondía como hidalgo. Pero la facilidad del mundo caballeresco en el que ha ingresado, le permite el ascenso en el orden social.
Las notas de la edición de la RAE explican: El nombre del protagonista es el de una pieza de la armadura, el quijote,....que cubría el muslo por otro lado, recuerda al Lanzarote de las novelas artúricas y se sirve de una terminación que en español suele limitarse a términos ridículos o jocosos.Así don Quijote sonaba en la época como una distorsión cómica del ideal caballeresco."
Cervantes aporta a su narrador, trabajar con multiplicidad de significados, adherimos a los expuestos, pero nos inclinamos a la significación que nos guía la novela"de donde como queda dicho, tomaron ocasión los autores de esta tan verdadera historia que sin duda se debía llamar Quijada y no Quesada como otros quisieron decir." No olvidemos la ruta que siguió el personaje con el nombre de Rocinante, alto sonoro y significativo, de lo que había sido, y la aseveración de que debía ser, Quijada, nos llevaría a tomar la raíz del nombre Quij y la terminación sería ote que también es un sufijo aumentativo.
"Pero acordándose que el valeroso Amadís....añadió el nombre de su reino y patria". El modelo a seguir, esbozado en las conversaciones con el cura empieza a afirmarse en la novela. su mundo caballeresco se alimentará de la imitación del caballero de la ardiente espada . "Así quiso, como buen caballero añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse "don Quijote de la Mancha"
CREACIÓN DE DULCINEA
"Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo,se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse,"
Entramos en el terreno más resbaladizo de las necesidades del caballero: la dama. El narrador realiza una enumeración de los pasos anteriores, separando el último. Hasta el momento le bastaron sus manos, para limpieza y fabricación de las armas, su mirada, para transformar el caballo, el nombre para confirmarse a sí mismo.
La nota de la edición de la RAE expresa: "el ser armado caballero se entendía como análogo al sacramento de la confirmación, momento que se puede cambiar de nombre"
Pero el paso siguiente implica por primera vez, la búsqueda fuera de su hacienda. No es un objeto, es un ser al que amar en forma incondicional como dictaban las normas de la caballería. Significa llamar a su corazón, viejo y gastado por la rutina, a latir por alguien, para su nuevo ser, un alma. No es fácil pero es imprescindible "porque caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin frutos y cuerpo sin alma" la comparación es por sí misma elocuente. La vida y esencia de la caballería que emprende el personaje, es la dama.
El narrador debe ser muy cuidadoso y Cervantes lo encamina con la habilidad de siempre, porque la base de la novela son las aventuras del caballero y dedicarlas a su dama.
Salvador de Madariaga en su obra,(ya citada en el análisis) habla del mito de Dulcinea.
La segunda acepción de mito, del diccionario de la RAE: es historia ficticia o personaje literario que condensa alguna realidad humana de significación universal".
El crítico hablando del valor que don Quijote concede a Dulcinea dice: " es la encarnación de todos aquellos valores (como diríamos hoy) a los que puede y debe sacrificarse un caballero. Dulcinea es, en una palabra la Gloria"
Es complejo también llegar al sentido que quiso darle Cervantes. Primero Dulcinea no es personaje de la novela, para serlo, tendría que llevar la acción narrada, y no aparece en ningún momento, ni en palabras ni en hechos.
Sin embargo, toda la novela se mantiene mientras don Quijote crea en ella , y todo cuanto hace es en su nombre.
No vive en la novela, vive en un personaje de esta, es un ente dentro de este. Late en su interior con la misma firmeza y eterna duda que se armó caballero.
Complejo es también el proceder del narrador: primero instala la proyección del personaje al mundo caballeresco, mediante el diálogo, luego su entusiasmo al imaginar la aventura, usando una serie de oraciones disyuntivas, después eleva a la dama a "dulce señora", por último instala el humor mediante el nombre y discurso del gigante. Cuando don Quijote se alegra de su capacidad para elaborar un discurso propio de las novelas de caballería, en forma solapada y sembrando dudas, instala la base real de Dulcinea. No olvidemos que el caballero no imagina, cambia realidades, acomodándolas a sus deseos.
Habla consigo mismo "- Si yo por mis pecados o por mi buena suerte.."La disyuntiva terminará en el encuentro con el gigante. La primera opción habla de este como castigo, la segunda, como suerte. El personaje dentro del mundo caballeresco tiene tanto donde acudir, que no se define. Sí, al objetivo, encaminarse a una de las mayores victorias, derribar un gigante. Amadís derribó a dos, es habitual " como de ordinario les acontece a los caballeros.."
Imaginando la aventura, no se decide cómo va a ser el encuentro: derribarlo o partirlo por la mitad, lo que sí, afirma, es el resultado "le ve venzo y le rindo"
De qué sirven las victorias si no tiene a quien "enviarle presentarlo" Así recreando la escena del gigante vencido, hincado, vemos la primera mención de Dulcinea "mi dulce señora" Ya no es una necesidad "dama de quien enamorarse" es dulce señora de su alma.
Ahora que nos vamos acercando, Cervantes, cuida de velar, la entrada de esta, mediante la burla. El nombre del gigante también es significativo, como el del caballo y caballero, "Caraculiambro, señor de la ínsula de Malindrania" aludiría a cara de ...
El entusiasmo y el gusto que le da imaginar la aventura lo lleva a proyectar su fama hasta lo ilimitado " el jamás como se debe alabado" Remeda el lenguaje arcaico de las novelas (que el autor criticó al comienzo del capítulo) "ínsula" " el jamás como se debe" " vuestra merced para que vuestra grandeza disponga de mí a su talante" Aquí aparece también la sintaxis.
"¡Oh cómo se holgó nuestro buen caballero cuando hubo hecho este discurso..." Ya comienza a participar en el mundo caballeresco dominando su lenguaje. "... y más cuando halló a quien dar nombre a su dama!" La doble alegría del personaje se une a la risa del lector por el discurso y nombre del gigante. El narrador encubre la base real de Dulcinea.
"Y fue, a lo que se cree,..." Plantea la duda, dentro de su omnisciencia, no se pronuncia.
"... que en un lugar cerca del suyo..." No podía ser de otra forma, el mundo del personaje era limitado.
"... había una moza labradora de buen parecer" el mundo que rodea la hacienda es de labradores, aldeanos. Cervantes no le otorga la hidalguía que la hiciera par del personaje. No es noble pero le otorga la belleza, esencial para la dama de caballero andante.
"... de quien él un tiempo anduvo enamorado" el hidalgo acude con sus sentimientos para facilitar al caballero, como lo hizo con todo lo anterior. La belleza de la labradora despertó su amor pero "según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata de ello" Aparece otro rasgo del personaje, el recato, la timidez. Sus sentimientos se quedaron en su interior sin manifestarse abiertamente.
Ahora el narrador nos da con seguridad, el nombre: Aldonza Lorenzo y también define el origen de Dulcinea :"... le pareció bien darle título de señora de sus pensamientos.
Pero el personaje debe ascenderla para que ingrese al mundo caballeresco y lo hará con el nombre " que no desdijese mucho del suyo..."
La cita de la Edición de RAE explica :" En la actual provincia de Toledo, Aldonza y Dulcinea eran nombres de mujer que se relacionaban entre sí".
Los dos sugieren dulzura. Como él creció con el "don" a la dama le da un nombre que " tirase y se encaminarse al de princesa y gran señora..." Desde el nacimiento de la "dama " en su interior hasta el encuentro con la misma, en la figura de Aldonza, ha crecido. Se encamina a la alta nobleza, princesa. Más adelante la llamará "emperatriz de la Mancha"
El caballero tiene su dama a quien brindar sus victorias cuando salga al mundo y Cervantes ha instalado en la novela, sin que el lector se sorprenda, a una dama, que no aparecerá pero regirá el destino de aquel.
"... vino a llamarla "Dulcinea del Toboso porque era natural del Toboso" eso parte del mundo del hidalgo y el autor lo destaca como certero. "... nombre a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y sus cosas había puesto"
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