La casa de las odas
Pablo Neruda
Escribiendo
estas
odas
en este
año mil
novecientos
Cincuenta y cinco,
desplegando y tañendo
mi lira obligatoria y rumorosa,
sé lo que soy
y adónde va mi canto.
odas
en este
año mil
novecientos
Cincuenta y cinco,
desplegando y tañendo
mi lira obligatoria y rumorosa,
sé lo que soy
y adónde va mi canto.
Comprendo
que el comprador de mitos
y misterios
entre
en mi casa de odas,
hecha
con adobe y madera,
y odie
los utensilios,
los retratos
de padre y madre y patria
en las paredes,
la sencillez
del pan
y del salero.
Pero es así la casa de mis odas.
que el comprador de mitos
y misterios
entre
en mi casa de odas,
hecha
con adobe y madera,
y odie
los utensilios,
los retratos
de padre y madre y patria
en las paredes,
la sencillez
del pan
y del salero.
Pero es así la casa de mis odas.
Yo destroné la negra monarquía,
la cabellera inútil de los sueños,
pisé la cola
del reptil mental,
y dispuse las cosas
—agua y fuego—
de acuerdo con el hombre y con la tierra.
Quiero que todo
tenga
empuñadura,
que todo sea
taza o herramienta.
Quiero que por la puerta de mis odas
entre la gente a la ferretería.
la cabellera inútil de los sueños,
pisé la cola
del reptil mental,
y dispuse las cosas
—agua y fuego—
de acuerdo con el hombre y con la tierra.
Quiero que todo
tenga
empuñadura,
que todo sea
taza o herramienta.
Quiero que por la puerta de mis odas
entre la gente a la ferretería.
Yo trabajo
cortando
tablas frescas,
acumulando miel
en las barricas,
disponiendo
herraduras, arneses,
tenedores:
que entre aquí todo el mundo,
que pregunte,
que pida lo que quiera.
cortando
tablas frescas,
acumulando miel
en las barricas,
disponiendo
herraduras, arneses,
tenedores:
que entre aquí todo el mundo,
que pregunte,
que pida lo que quiera.
Yo soy del Sur, chileno,
navegante
que volvió
de los mares.
navegante
que volvió
de los mares.
No me quedé en las islas,
coronado.
coronado.
No me quedé sentado
en ningún sueño.
en ningún sueño.
Regresé a trabajar sencillamente
con todos los demás
y para todos.
con todos los demás
y para todos.
Para que todos vivan
en ella
hago mi casa
con odas
transparentes.
en ella
hago mi casa
con odas
transparentes.
Siempre hubo en Neruda la conciencia de ser un obrador de la palabra, desde el poema XX (en una de sus primeras obras Veinte poemas de amor y una canción desesperada).
“Puedo escribir los versos más tristes” donde el poeta se adjudica el poder de volcar su tristeza en arte. Luego en Residencia en la tierra, Arte poética. "me piden lo profético que hay en mí, con//
melancolía// y un golpe de objetos que llaman sin// ser respondidos// hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre// confuso. " El poder se diluye, ya la palabra es solo un nombre confuso, que no se aclara para él menos para el lector tornándose en sugerencia.
melancolía// y un golpe de objetos que llaman sin// ser respondidos// hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre// confuso. " El poder se diluye, ya la palabra es solo un nombre confuso, que no se aclara para él menos para el lector tornándose en sugerencia.
El tema de la conciencia de su arte va acompañando una vida muy rica en experiencias, absorbidas en su totalidad, hasta llegar a comprender, en los años de su madurez, que los versos se significan cuando llegan claros, sencillos, a todos. Se transforma en un trabajador más, dentro de su pueblo, su objeto es la palabra, como para el panadero, el pan. Tan sencilla como el pan debe ser su poesía. El pan alimenta a todos y es de fácil acceso, así deben ser sus versos. Puentes, que parten de él y se completan al ser leídos. Si no hay recepción, en oyente, espectador o lector no hay arte, como dice U Eco. (Obra Abierta) Por eso se expresa respeto a la poesía elitista, dirigida a colegas, intelectuales de la siguiente forma: «Pero esta publicación de poeta a poeta no me tienta, no me provoca, no me incita sino a embarcarme en la naturaleza, frente a una roca y a una ola, lejos de las editoriales, del papel impreso... La poesía ha perdido su vínculo con el lejano lector... tiene que recobrarlo.»
Bajo esta óptica La casa de las odas funciona como introducción a Nuevas odas elementales y como manifiesto poético.
El título del poema es una metáfora. Se traslada el concepto de casa al conjunto de poemas. La casa es nuestro claustro, el lugar que nos define y contiene, el regreso de cada día. Odas es un forma poética que data del origen de la poesía lírica en Occidente, en Grecia.
Sus poemas se contienen en un libro, para él es la casa que se abre a quien quiere llegar a ella.
Comienza el poema con un gerundio que contiene todo el primer verso: “Escribiendo” Es característico en Neruda, el uso de esta forma fija del verbo, siempre para dar simultaneidad.
Idea de acción que se cumple en el momento mismo en que el lector accede al verso. Logra acercarnos al proceso creador, volviéndonos espectadores activos del mismo. Los siete primeros versos están encabalgados.
La elección del verso de arte menor, de métrica irregular, comienza con un tetrasílabo al que siguen dos bisílabos, le da al poema el ritmo de copla popular, ágil. Nombra en el séptuple encabalgamiento lo que escribe y el momento en que lo hace: odas, en 1955
“… desplegando y tañendo //mi lira obligatoria y rumorosa …” En el primer verso alude al contenido, la palabra escrita, ahora a la música de la palabra, que se despliega en sonidos para que su pueblo la cante. Decía A. Machado: “canto y cuento es la poesía” El decir y el cantar del arte siempre en la continuidad del gerundio.
Viene el tópico literario, (tema, imagen o metáfora que en distintas épocas y autores tiene al mismo significado) la lira como símbolo de poesía.
Recordemos a G A Bécquer, rima IV: “No digáis que,// agotado su tesoro// de asuntos falta// enmudeció la lira…”
“obligatoria” porque se debe a su pueblo, “rumorosa” por la musicalidad y porque se completa, como el rumor cuando otro la repite.
“…sé lo que soy y adonde va mi canto” se asume en su ser, significando su existir en cantarle al pueblo.
La estrofa segunda, desarrolla las dos formas de asumir la creación, una, a través del intelecto, la otra, a través de la sencillez de la vivencia diaria.
No hay juicio estético: “Comprendo…” Sabe de la libertad del creador de elegir como trabajar la materia poética.
“…que el comprador de mitos// y misterios//entre//en mi cada de odas, //hecha//con adobe y madera…” Se refiere a los poetas, a los críticos, a los editores, que oscurecen la poesía buscando mitos, misterios, que requieren de una preparación intelectual para su comprensión. No son auténticos por eso deben comprarlos porque en realidad el gran forjador de mitos es el pueblo.
Su casa de odas está hecha de lo esencial, accesible, adobe y madera. No es una residencia lujosa, es una casa sencilla como la de todos. Sabemos que la madera tuvo un papel esencial en su vida, su obra y sus casas (tanto en la Santiago como en Isla Negra).
“… y odie//los utensilios, //los retratos//de padre y madre y patria//en las paredes…” El odio se basa de la carencia de lo esencial en sus obras. Compran mitos y no tienen autenticidad, lo vulgar es antipoético.
Emergen aquí los valores auténticos del pueblo estampados en las paredes, origen, familia, patria. El polisíndeton (uso innecesario de la conjunción y) va sumando y uniendo esos valores.
“… la sencillez// del pan// y del salero.” Primero mencionó el material de la casa, luego mostró los retratos en las paredes para culminar con la mesa. La sencillez de la misma está en el pan y el salero.
“Pero es así la casa de mis odas” El primer endecasílabo lo usó para definir su lira, este para su casa. La oración adversativa afirma su derecho a hacer poesía como la siente y no como otros la querrían, “es así”.
La tercer estrofa explica como llegó a esa posición, el antes y el después, tal como se puede apreciar en su obra. Paseó su poesía por varios “ismos” logrando siempre belleza, pero ahora quiere gente dentro de sus versos.
“Yo destroné la negra monarquía,// la cabellera inútil de los sueños,//pisé la cola del reptil mental,”
En nuestra lengua, el pronombre personal es innecesario, porque la persona surge de la conjugación del verbo. Si aparece es por una necesidad poética, destacar el proceso vivido por ese yo.
El lenguaje metafórico lo explicita.
La monarquía es una forma de gobierno unipersonal. El monarca tiene su corte, reina y asienta su poder en el trono. Aquí se sugiere destronar el yo (monarca) por todos (pueblo) La capacidad de salirse de uno mismo para darse a los demás, dejar los sueños propios “la cabellera inútil de los sueños”. Es inútil porque queda solo en el cabello no comunica. Estuvo dentro de sí mismo pero, se abrió como su casa de odas a todos.
Destronó sus sueños y su mente, detuvo su proceso intelectual por ser vacuo, un reptil que hay que parar antes que nos tiente. Pisa su cola, no lo deja andar.
Sin yo, sin sueños, sin mente, tiene un nuevo comienzo: “y dispuse las cosas//-agua y fuego-// de acuerdo con el hombre y con la tierra” Va a los elementos primigenios, agua y fuego, para lograr la pureza de la sencillez. Armoniza el hombre con la tierra, como fue en sus comienzos, para lograr la esencia. Su deseo es que todo tenga empuñadura, se conozca, se palpe “sea taza o herramienta”
Si todo fue a la esencia quiere que lo haga también su poesía “Quiero que por la puerta de mis odas…”La puerta resaltada por la elipsis, es la apertura de la poesía a la sencillez del pueblo “…entre la gente a la ferretería”
La cuarta estrofa presenta el hacer del poeta. Se inicia también con el pronombre personal “Yo” con igual sentido que la anterior.
Ahora limpio del pasado, purificado por agua y fuego es un trabajador como cualquiera. Sus versos son “tablas frescas miel en barricas, herraduras, arneses, tenedores” La enumeración de objetos da la idea de continente, su casa tiene lo necesario: “que entre aquí todo el mundo,// que pregunte,//que pida lo que quiera.”
Las tres estrofas siguientes definen al poeta. “Yo soy del Sur, chileno// navegante //que volvió// de los mares”
Para ser, yo, tiene que ser todos, para ser todos tiene que ser yo. Se despersonaliza para volver, nuevo.
Primero se ubica en el hemisferio sur. Recordemos el poema de M. Benedetti. “El sur también existe” donde presenta al Norte dominando la economía mundial y marcando la desigualdad, la tierra más rica en materia prima es la tiene mayores niveles de pobreza.
Luego alude mediante el gentilicio, a su patria, Chile.
Navegante, puede interpretarse de varias formas:
1) la biográfica, . Neruda a pesar de no haber tenido nunca embarcación propia, amaba el mar, tenía su traje de capitán (aún está en su casa Isla Negra) su catalejo. La ventana de su dormitorio mirando el océano, mirada que se vuelve eterna porque está enterrado, (por su voluntad expresa), en Isla Negra, junto a Matilde, su amada, frente al mar.
2) Su vida que voluntaria o involuntariamente lo alejó de su tierra, partiendo por el puerto de Valparaíso, por mar, la mayoría de las veces, salvo cuando huyó por los Andes.
3) Navegar metafóricamente como vivir. Las tres las une porque si bien se fue, supo regresar, por el mismo mar que lo llevó.
Vuelve a definir la soledad del poeta que se aísla en su gloria.
“No me quedé en las islas, // coronado”. Islas y corona simbolizan la actitud que puede dar la fama. (No olvidemos que recibió el premio Nobel.)
No era ese su objetivo sino volver a y por su pueblo.
Tampoco aceptó la comodidad del sueño. “No me quedé sentado //en ningún sueño” La silla significa el abandono de la tarea, quedarse, no seguir la lucha.
“Regresé a trabajar sencillamente// con todos y para todos” En las dos últimas estrofas retoma y reitera el tema del poema. Una poesía sencilla con y para todos.
“Para que todos vivan…” Abre su casa y abre el poemario. Nos prepara para leer sus “odas transparentes.”
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